12/14/2012

INFANCIA CLANDESTINA. La dictadura argentina bajo los ojos de un niño



Argentina hace ya muchos años que figura a la cabeza del cine latinoamericano. Sólo Brasil y México han competido en calidad y cantidad con la cinematografía argentina que  ha dejado muy buenas muestras estos últimos años.
Seguro que más de uno tiene buenos recuerdos de títulos como “Un lugar en el mundo”; “Nueve reinas”, “El hijo de la novia” o “El secreto de sus ojos”. Filmes convincentes , con  historias de toda índole y con grandes interpretaciones. La película argentina de este año se titula “Infancia clandestina” y sitúa nuevamente la acción en la época de la dictadura militar(1976-1983). Benjamín Ávila, el director, cuenta aspectos relacionados con su propia vida y la de sus hermanos:  la de un niño sin identidad; que tiene que cambiar de nombre, de lugar de residencia, de fecha de nacimiento y en el que cualquiera de sus movimientos ha de ser medido para no suscitar sospechas.

Sus padres son una pareja de montoneros (guerrilla urbana del ala izquierda del peronismo) que regresan del exilio a Argentina para organizar la lucha armada en plena dictadura. Juan, que se ve obligado a llamarse Ernesto, es testigo de la militancia de sus padres y al mismo tiempo intenta llevar una infancia lo más normal posible, con sus compañeros de colegio, sus acampadas o las fiestas de sus falsos cumpleaños. Sus padres no ven más allá de sus convicciones y de su lucha en la que no hay lugar para frivolidades. Su tío Beto (Ernesto Alterio) es también un convencido montonero, pero considera que sus ideales no deben estar reñidos con los pequeños placeres de la vida.

El mundo de Juan comienza a resquebrajarse cuando conoce a María, una niña de su colegio, con la que experimenta la sensación de amar. Juan duda entre dejarse llevar por sus sentimientos o aceptar las decisiones de sus padres.
“Infancia clandestina” es otra buena película argentina, premiada en varios festivales, entre ellos el de cine iberoamericano de Huelva y candidata a los Goya  y a los Oscar, que aborda la dictadura argentina a través de la mirada de un  niño, algo que ya vimos hace algunos años con otra excelente película,  “Kamchatka”, de Marcelo Piñeyro.
En este caso Juan(Teo Gutiérrez Moreno) trasmite al  espectador su mirada y le pide que sea testigo con él de sus inquietudes, sus dudas, sus emociones y sepa que ,en el fondo, es un  niño al que le piden que sea un adulto. Sus padres Charo(Natalia Oreiro) y Daniel (César Troncoso), apenas ven más allá de su lucha; sólo el Tío Beto, parece comprenderle…
Hay momentos excelentes en la película como, por ejemplo, la secuencia en que Charo y su madre( Cristina Banegas) discuten  acaloradamente sobre el sentido de su lucha y como afecta a sus hijos;  o destacar también la manera que tiene el director de sustituir las situaciones que podrían resultar más violentas por viñetas de comic y que en el fondo, son las interpretaciones que haría un niño.
Benjamín Ávila, dedica la película a su madre, desaparecida en 1979

12/10/2012

EL BOSQUE:Lo fantástico para protegerse de la Guerra Civil





Lo fantástico y la Guerra civil española han encontrado más de un punto en común estos últimos años.
El mexicano Guillermo del Toro nos llevó por sueños y pesadillas primero con “El espinazo del diablo” y posteriormente con la celebrada “El laberinto del fauno”. Incluso Alex de la Iglesia nos introdujo en un mundo surrealista para narrar una historia de dolor, crueldad y muerte en “Balada triste de trompeta”.
El caso es que nos encontramos ante un subgénero que se está renovando porque son más de tres centenares las películas las que se han hecho sobre la Guerra Civil ,aunque buena parte de ellas con objetivos claramente propagandísticos.



“El bosque”, la nueva película del realizador catalán Óscar Aibar ( “Atolladero”,”Platillos volantes”,”El gran Vázquez”,etc) narra los inicios de la guerra civil en una pequeña localidad de la región turolense de Matarraña, lindante con la provincia de Tarragona.
La masía y el paisaje en que se desarrolla la acción son unos personajes más de una historia  en que subyace el odio y las viejas rencillas entre los habitantes del pueblo. El estallido de la Guerra Civil, como en otros muchos pueblos de España, dará paso a la violencia indiscriminada. Ramón (Alex Brandemühl) y su mujer,Dora ( María Molins) viven  junto a su bebé en la masía y aunque no poseen grandes bienes, son odiados por los sectores más radicales de la izquierda en especial por  el “Cojo” (Pere Ponce) ,que siempre deseó a Dora.
Sabiendo que van a ir por él, Ramón decide refugiarse en la maleza de un extraño bosque desde el que emana un fulgor sobrenatural  las noches de San Lorenzo (la más calurosa del año) y la de San Blas (la más fría).De él nadie ha vuelto y nadie del pueblo conoce de su existencia, salvo el propio Ramón y su mujer, Dora.
Basado en uno de los primeros cuentos del escritor Albert Sánchez Piñol  ( “La piel fría”, ”Pandora en el Congo”, etc), “El bosque” reúne elementos de su obra posterior como son , por un lado, la lucha de lo natural  contra lo humano y por otro, el miedo al monstruo, a lo desconocido. Guerra civil y género fantástico en una ambientación rural que acentúa la fuerza del relato. Unos personajes que aman, sufren, desean, odian pero que, sobre todo, luchan por sobrevivir y lo fantástico se convierte en una solución, en una forma de escapar del mal que nos rodea.


Lo real, lo fantástico, ciertos toques de humor  para un filme  que incide en la sinrazón de la violencia y esta vez apuntando a grupos anarquistas, mucho más violentos que miembros de las Brigadas Internacionales ,más próximas en el filme a las ideas comunistas. Recuerdo que  Juan Antonio Bardem, el director de “Calle Mayor” se levantó airado junto a unos amigos ,en los cines Renoir  del Cuatro Caminos madrileño, cuando la proyección de “Tierra y libertad” de Ken Loach, no llevaba más de media hora. Aquella película criticaba abiertamente a los comunistas por su actitud en la Guerra Civil frente a anarquistas y los miembros del POUM. Con “El bosque”, el viejo Bardem, militante comunista hasta su muerte, se hubiese quedado hasta el final.

11/30/2012

LUIS TOSAR Y " OPERACION E"





Luis Tosar es uno de esos actores que no parece un personaje. Lo digo, porque  su presencia en pantalla hace que nos olvidemos de él y nos identifiquemos con su otro yo, el personaje que interpreta con toda  naturalidad  y que hace, por ejemplo, que no pensemos que Luis Tosar no es colombiano porque el acento, el tono que emplea, nos hace pensar que quién nos habla es un colombiano de pura cepa.
Es el caso de “Operación E” en que interpreta a un campesino colombiano que se desplaza por la selva huyendo de los “paras”; se queda aislado, junto a su numerosa familia, en una zona controlada por la guerrilla de las FARC y se ve nuevamente obligado a huir para salvar a un bebé , gravemente enfermo, que le han entregado los terroristas.



                                                            EL DRAMA DE LOS DESPLAZADOS


El auténtico José Crisanto Gómez

“Operación E”, de Miguel Courtois ( “LOBO” y “GAL”) cuenta la historia real del campesino José Crisanto Gómez quién, sin saber la auténtica identidad del  bebé, se vio obligado a cuidarlo. El niño, Emmanuel, era hijo de Clara Rojas y había nacido durante los años de cautiverio que la política colombiana sufrió a manos de la guerrilla. Emmanuel estaba gravemente enfermo y Crisanto, junto a su numerosa familia, tuvo que desplazarse para llevarlo a un hospital .El niño se quedó bajo la custodia del estado, sin que tampoco conocieran su auténtica identidad. Meses después, encontrar al niño, fue una prioridad tanto para las FARC como para el gobierno de Uribe y Crisanto se vió entre dos fuegos.



Clara Rojas y su hijo Emmanuel
“Operación E” es un filme de acción, una película de serie “B”, que resalta la calidad humana del protagonista.  Courtois, antiguo reportero, cuenta la historia de supervivencia de una familia de desplazados, solidarios en la pobreza y  generosos frente a cualquier dificultad. Los valores de esta familia contrastan con la crueldad de los guerrilleros y la frialdad de burócratas, jueces y políticos .Una película que cobra actualidad  ahora que nos encontramos en pleno proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, después de 50 años de secuestros, asesinatos y miles de “desplazados” huyendo de los enfrentamientos armados.El caso de Crisanto es el de uno de esos miles de personas que se han visto obligadas a dejar sus tierras o sus casas y buscar, a causa de la guerra,otros lugares donde vivir,

Luis Tosar y Martina García


Tosar apabulla con su actuación que nos creemos de principio a fin y relega al resto de personajes, entre ellos  Martina García, que interpreta a la mujer de Crisanto, demasiado esbelta y lozana para haber tenido  media docena de hijos en la frondosa selva colombiana.
A veces ocurre que los directores se dejan llevar más por la calidad del actor/actriz para determinado papel que por la idoneidad del personaje que  tienen que interpretar.

11/27/2012

LOS TAVIANI: 163 años de cine.



El festival  de cine de brasileño ha dado paso en  Madrid, al cine italiano. Este pasado fin de semana se inauguró un certamen (22-29 de noviembre) que incluye, con  entrada libre en los cines Verdi o en el Instituto italiano de Cultura, largos y cortos de ficción y  documentales de los más reciente de la cinematografía italiana.
Paolo Taviani habló el viernes del renacer del cine italiano después de unos años en que había perdido su prestigio internacional. El menor de los Taviani (80 años), el mayor Vittorio(83), se quedó en  Roma, protagonizó la rueda de prensa posterior al pase de “César debe morir”, una versión libre del Julio César de Shakespeare , interpretada por  los internos  de la cárcel Rebibbia de Roma, un penal que como otros veinte en Italia, tiene grupos de teatro entre los internos.




En “César debe morir” hay ladrones, asesinos a sueldo, miembros de la Camorra o la Mafia, traficantes de droga pero por encima de todo una interpretación sorprendente y genial.
Contó Paolo Taviani que un joven actor cuando vio la película le dijo : “ he decidido comprar una pistola, matar a alguien y así aprendo a interpretar”
Y es que llama la atención la interpretación de los presos, algunos condenados a cadena perpetua, otros que han aprovechado la experiencia para escribir libros  e incluso, Salvatore “Zazá” Striano que encarna a Bruto ha salido de la cárcel tras un  amnistía general y ahora sustituye a los Taviani en algunos lugares, cuando se trata de promocionar la película.


Paolo Taviani explicó que en la película todo es verdad pero también todo es mentira. Son verdad los presos que al terminar cada ensayo regresan a la soledad de las celdas, algo que lleva a uno de los protagonista a exclamar cuando vuelve a ser encerrado: “Desde que he descubierto la cultura esta celda se ha convertido en una prisión”. Y es mentira esa cultura,el teatro, el cine, que nace de la creatividad del autor y su libertad.

Paolo y Vittorio Taviani recibiendo el oso de oro de la  última Berlinale.


Paolo y Vittorio 163 años, los directores más longevos, mucho más que otros hermanos como los Coen o los Dardanne, siguen mostrando esa vitalidad del creador. “Padre padrone”, “La noche de San Lorenzo”, “El prado” y ahora “César debe morir”. Paolo, en Madrid fue claro:“No concibo la vida sin trabajar y quiero seguir hasta que mi cerebro no dimita”.

11/24/2012

JOSE LUIS BORAU. EL NIÑO GRANDE



Estos últimos años he visto caminar trabajosamente a José Luis Borau por las inmediaciones de su domicilio en  la zona de Capitán Haya , próximo a la Castellana. Su deterioro iba haciéndose evidente. Tiempo atrás tuve muchas ocasiones de conversar con él, en largas entrevistas que hice para Radio Nacional. La última fue, creo, en 2001, a raíz de la presentación de “Leo”, su último largometraje en el festival de Cine Español de Málaga . En aquella ocasión José Luis Borau me comentó que si la llegada masiva de inmigrantes que se estaba produciendo en aquellos años en España, hubiese sucedido tiempo atrás, no hubiera sido necesario irse a Estados Unidos a rodar Río Abajo para contar una historia de los sin papeles.
“Río abajo”, fue un fracaso comercial y causó enormes pérdidas a su productora. La suerte no quiso favorecer al cineasta aragonés  que estaba asentando su carrera después de títulos tan reconocidos por los aficionados al cine como “Hay que matar a B”, “Furtivos”, y “La sabina”.



“Furtivos” fue su mayor éxito y también su mejor película. Aunque la censura en España daba sus últimos coletazos sorprende que este duro drama provincial y pasional fuese capaz de sortearla. Angel (Ovidi Montllor) está atrapado entre dos mujeres, su madre, violenta, cruel y posesiva (Lola Gaos), y una joven escapada de un reformatorio, Milagros (Alicia Sánchez) cuya presencia rompe la monotonía y falsa armonía de la  madre  y el  hijo, en un bosque oscuro y hostil que tiene su propio protagonismo en la película.
“Furtivos” es un  reflejo de la España más profunda y deja en evidencia las miserias de un país que tenía atrasos de toda índole. La España de los años setenta todavía estaba anclada en el pasado.
Con “Tata mía”, con la que recuperó para la pantalla a Imperio Argentina y la serie de televisión “Celia”, basada en las novelas de Elena Fortún,  Borau consiguió resarcirse, en parte, del fracaso de “Rio Abajo” .
Siempre fue un  hombre inquieto y un gran amante del cine y del lenguaje cinematográfico, sobre el que versó su discurso de ingreso en la Academia de la Lengua. El actual presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho le ha definido hace unas horas como el mejor presidente que ha tenido esta institución, cargo que ocupó de 1994 a 1999.  






 Siempre recordaremos su imagen, en la gala de los Goya de 1998, con las manos pintadas de blanco para protestar por los atentados terroristas. Fue siempre un hombre comprometido y generoso, querido por la profesión y maestro de muchos guionistas y directores.
Se ha ido José Luis Borau, nos quedarán, y no es un tópico, esas películas de las que siempre descubriremos algo y sobre toda la Fundación Borau en la que apostó por los más jóvenes y en que pervivan los legados cinematográficos de él y de todos cuantos aman el cine. De esta forma con el buen uso de la Fundación, siempre estará contento “el niño grande”del cine español, como se definía así mismo.