5/31/2021

LOS CLASICOS,COMO “LAS UVAS DE LA IRA”, SIGUEN SIENDO VIGENTES.


 

Esta semana en Alcalá de Henares volví a ver “las uvas de la ira”, en un ciclo dedicado al trabajo y la literatura y viendo sus imágenes observé que la historia que escribiera John Steinbeck y llevara a la pantalla John Ford no ha perdido actualidad.

La familia protagonista ,los Joad , se asemeja a los migrantes y refugiados que quieren alcanzar hoy nuestras costas huyendo de la miseria, el hambre, las guerras, las persecuciones políticas o religiosas o incluso, por razón de su condición sexual. Si la novela es memorable, no le queda atrás la película que describe ese viaje de tres generaciones de la familia en un destartalado camión que parte desde Oklahoma hacia California, una especie de tierra prometida y fértil en que esperan tener una vida digna.

Cuesta creer que alguien haya criticado la imagen de la cooperante Luna abrazando y consolando a un inmigrante subsahariano. Es la imagen de la solidaridad que tanta falta hace en estos tiempos convulsos que vivimos. En ese camión- patera en que viajan los once miembros de la familia Joad y un antiguo predicador, también hay muerte y hambre; persecución e insolidaridad; xenofobia y explotación y un final que, en la película abre una puerta a la esperanza, a diferencia de la novela, más cruda y explícita en su narración.

Viendo o leyendo “Las uvas de la ira” te reafirmas en el papel esencial que juega la cultura en nuestras vidas. Cómo historias tan crudas pueden desprender un gran lirismo y una sugestiva belleza por la composición de los personajes o ,en el caso del cine, además, por esas imágenes imborrables que nos acompañarán siempre.

Aquí, en España, cuando se publicó “Las uvas de la ira”, íbamos con retraso. La censura se encargó de que el libro no saliera hasta 1951, doce años después de su publicación, mientras que la película no se estrenó en nuestro país hasta el 26 de febrero de 1974,pero cambiando sustancialmente en el doblaje el discurso de Tom Joad, Henry Fonda quién manifestaba su lucha contra cualquier injusticia.

En cambio, en la URSS se estrenó como “El camino hacia la ira” porque, en un principio el régimen de Stalin consideraba positivo para sus intereses que se mostrara la miseria que se vivía en EEUU como consecuencia de la crisis del 29 y por ende del capitalismo. Pero su presencia en salas duró muy poco tiempo porque los censores consideraron que era contraria a la propaganda comunista mostrar que una familia pobre y arruinada fuese capaz, a pesar de todo, de tener su propio vehículo. O sea que también se prohibió.

Que tendrá la cultura para que los dictadores le tengan tanto miedo y ordenen quemar libros u obras de arte; cortar fotogramas o vetar representaciones teatrales. Qué tendrá “Las uvas de la ira” para que sigamos leyéndola o viéndola como si estuviésemos viviendo la crisis consecuencia del coronavirus. Quizá porque las obras maestras siempre perduran y que pasen años y generaciones y sigamos dejándonos llevar por su lectura y sus imágenes y hacer nuestros a todos los personajes que luchan por salir adelante. Mamá Joad, en su alegato final en la película, no queda muy claro si fue idea de Ford o del productor Zanuck, define a los suyos como “la gente que vive. No pueden arrollarnos, no pueden vencernos. Seguiremos siempre adelante ,porque somos el pueblo”.

PUBLICADO EN LA VOZ (31-5-2021)


5/28/2021

Cuando "Cruella" no era "Cruella." Estrenos de la Semana 28-05-2021.







Cruella”, interpretada por Emma Stone va a ser otro de los estrenos de la semana. En la película que dirige Craig Gillepie (“Yo Tonya”) no nos acercamos a la Cruella de carne y hueso que interpretó Glenn Close, si no que nos vamos al pasado para conocer el origen del personaje.

Vamos que el final de la película coincidiría con su primera aparición en la cinta de Walt Disney, “101 dálmatas” de 1961, cuando se reencuentra con su antigua amiga: “

-“Anita querida”

- “¿Cómo estás?

- “Desdichada, querida, como siempre. ¡Perfectamente, miserable!

Así respondía aquella excéntrica mujer, siempre con su boquilla en unos labios rojos, rodeada de humos, con abrigos de pieles más largos que ella o con el pelo coloreado. No vamos a ver a la “Cruella” que conocemos si no el pasado que le llevó a ser quien es.

Hay un personaje nuevo, la Baronesa (Emma Thompson) que le dará una oportunidad en su estudio de moda, pero, detrás hay gato encerrado.





Una propuesta muy diferente es “Siervos” que nos sitúa en la antigua Checoslovaquia en 1980.

Es una película que habla de adoctrinamientos y como, en el fondo, unos y otros tienen pocas diferencias porque su objetivo es eliminar las opciones individuales. Aquí vemos como dos seminaristas se debaten entre mantenerse fieles a su vocación o aceptar las presiones de la policía del estado.

Basada en testimonios reales la película dirigida por el checo Ostrochovsky y premiada en la SEMINCI, plantea entre elegir entre tus ideales y el `poder. Un thriller en blanco y negro, con 80’ de duración y una coproducción que lleva la firma de Eslovaquia, república Checa, Rumania e Irlanda.


He tenido ocasión de ver esta semana “Armugán: El último acabador”, una película bien rodada, también en blanco y negro pero que es difícil recomendar. Dirigida por Jo Sol “(Vivir y otras ficciones”, Armugán es una ficción sobre un hombre que te ayuda a morir y de quien quiere aprender de su experiencia y convertirse en su sustituto.

Pocos diálogos y mucha poesía en esa presencia del “último acabador”, en los momentos finales de nuestra existencia y la apuesta por una muerte digna.

Lo difícil es atraer a los espectadores a ver películas como la que he comentado.

5/27/2021

Acción, acción, acción: "Despierta la furia"


 Muy de vez en cuando hay que ver películas para desengrasar , para no pensar en nada y dejarte llevar por el ritmo trepidante de la pantalla.

El cine es espectáculo y ya se encargó de recordárnoslo James Bond, con filmes plenos de acción e ingenio o la saga de Misión Imposible con Tom Cruise reventando taquillas como ocurre ahora con películas bastante más fantásticas, con superhéroes que realizan acciones inverosímiles, en las que solo podemos creer porque las vemos en pantalla.

Eso constituye buena parte de la magia del cine, en que los efectos especiales artesanales hace mucho tiempo que fueron sustituidos por sofisticados nacidos de la tecnología digital.

“Despierta la furia”, con prácticamente dos horas de duración, va a hacer que no nos enteremos que el tiempo pasa porque está plena de acción. Personalmente no es el cine que me interesa, pero permite acomodarte en tu butuca y desfrutar del espectáculo sin nada que te moleste. Es una película construida con fundamentos suficientes para tener repercusión en taquilla. Su director es el británico Guy Ritchie quién irrumpió con fuerza en el mundo del cine en 2000, con el thriller “Snatch: Cerdos y diamantes” ya con Jason Statham en el papel protagonista o su última aportación al cine con “The Gentleman: Los señores de la mafia”. Tampoco hay que olvidar sus dos entregas sobre Sherlock Holmes o la dedicada al Rey Arturo.

En “Despierta la furia , Jason Statham es H. un frio y misterioso conductor en una empresa de traslado de dinero. Cada semana los camiones blindados mueven cientos de millones de dólares por las calles de Los Ángeles con el consiguiente interés de las bandas organizadas.

H Es capaz de acabar con cualquier asaltante que se enfrente a él y también de hurgar en la corrupción que parece haber en la compañía que le ha contratado. Busca venganza, quiere encontrar a quienes le causaron un daño irreparable.

Ni que decir tiene que Jason Statham es un actor que encaja perfectamente en el papel. El protagonista de las últimas “Fast Furious” o de la saga “Transporter” es un actor hierático, frío y ajeno a todo lo que pueda desviar sus objetivos. Reparte a diestro y siniestro y nos recuerda que los buenos siempre ganaban en las películas, aunque su bondad,en algunas secuencias, deje mucho que desear.

 

 

5/20/2021

ESTRENOS(21-5-2021) "Influencers",soledades, amores y sonidos de western.

 

La protagonista y el director de" Sweat" presentaron la película en los cines Embajadores, de Madrid


Esta semana hay varios estrenos que hablan de amor. Pero no de un solo amor. Hay películas que hablan de amor tóxico, homosexual, de la carencia de amor e incluso del poliamor. Las hay también que hablan de solitarios, de como la fama y el éxito puede esconder la mayor de las soledades .También hay lugar `para el sueño americano con un western en que sus protagonistas son cazadores de pieles.

Son solo algunas de las propuestas porque, este fin de semana, la cartelera se muestra animada y con algunos títulos, aparte de “Pequeño país”, al que he dedicado ya un comentario, que tienen su interés.

 

El joven director sueco Magnus von Horn estuvo esta semana en Madrid junto a la actriz protagonista, Magdalena Kolesnik para presentar “Sweat”(105’) una historia sobre la soledad porque a pesar de que tengas setecientos mil seguidores en Instagram ,seas una ”influencer” de la vida sana y el fitness y atraigas a todos los hombres con que te cruzas, estás absolutamente sola porque todo trascurre frenéticamente y no hay nadie que llene tu vida. Solo un perro que es tu único compañero.

El director sueco sigue el día a día de la protagonista en esta coproducción entre su país y Polonia. La cámara no se aparta de ella para que intentemos comprenderla . Sus clases, su comida, sus fiestas familiares, su imposibilidad de sentir, de amar o de ser amada,  el sentirse acosada, la tv…Sylvia tiene días buenos y malos que muestra sin pudor, cree que sus seguidores deben conocer todo lo que hace. “Sweat”  nos sitúa ante la triunfadora que expone su intimidad a todo aquel que quiera seguirla. Detrás de su fachada atractiva, alegre, desenfadada está la enorme dependencia que conlleva su popularidad que conduce a la ansiedad y  a preguntarse quién es ella, porque no tiene a nadie a quien amar.


De amores y soledades también habla “Mía y Moi”(104’) en que la historia se sitúa en una masía no muy lejos de la playa en que Mía, Bruna Cusí(“Verano 1993”), recibe a su hermano Moi (Ricardo Gómez, “Cuéntame”) y la pareja de este Eneko Sagardoy (“Handia) donde pasarán unos días de vacaciones.

Moi tiene graves problemas psicológicos y en sus permanentes silencios se apoyo en Mía que es su protectora y por la que siente casi, un amor enfermizo, tanto como el que debieron sentir por la madre muerta. No pasa nada. Paseos, la playa, juegos de mesa, pizzas, silencios, deseos reprimidos y la presencia de un cuarto personaje que lo cambia todo, el antiguo novio de Mía, interpretado por Joe Manjón, que encarna a una personaje chulo, macarra y detestable que convierta la paz del trío en una situación cada vez más tensa y agobiante que, nos llevará a la tragedia. Prometedor debut en la dirección de Borja de la Vega.

Y he visto esta semana también, la comedia “Poliamor para principiantes”(97’) que firma el veterano Fernando Colomo y que me ha decepcionado porque está muy lejos de las mejores comedias del director madrileño.

No se si el reparto no ha sido el más apropiado, si el guion ha cojeado o los diálogos son demasiado simples, pero no he visto al mejor Colomo por ningún lado. Dicho lo cual, “Poliamor para principiantes” podría haber tenido muchas más posibilidades de las que nos muestra en la pantalla. Manu(Quim Ávila) es un romántico empedernido, un youtuber que aumenta exponencialmente sus seguidores cuando adopta la personalidad, en las redes, de Ranger del amor, apoyado por su padre (Karra Elejalde) y con el escepticismo de su madre (Toni Acosta) que, en el fondo están deseando que “el niño”, se busque la vida fuera de casa.

Manu se enamora de Amanda(María Pedraza)  una médica que tiene relaciones poliamorosas tanto con hombres como con mujeres. Todo lo contrario, a lo que Manu desea. Situaciones de enredo, equívocos, desencuentros, encuentros y todo, demasiado previsible.

Ya digo que la idea podría haber dado mucho más de si,porque mimbres y estar al día no le faltan a Colono, pero le ha faltado el alma de filmes intimistas como “Isla bonita” o comedias clásicas de nuestro cine como “La vida alegre”.

 

Y el último titulo que os comento esta semana , “First cow”(122’), western norteamericano de Kelly Reichardt que no habla de amor, pero si de una amistad hasta sus últimas consecuencias.

Una mujer paseando a su perro descubre unos restos humanos y a partir ahí viajamos al pasado para conocer su origen. La película narra la historia de un cocinero(John Magaro) contratado por una expedición de cazadores de pieles, en el estado de Oregón.  Estamos en 1820 y miles de hombres se hallan a la búsqueda del “sueño americano”.

El cocinero protege a un inmigrante chino(Orion Lee) al que persiguen para matarle. Tras esconderlo vuelve a encontrarse con él, un tiempo después y ambos se van a vivir a una cabaña donde sobreviven como pueden hasta que comienzan a preparar dulces que se hacen famosos en la región. El único problema es que tienen que ordeñar clandestinamente a la única vaca que hay en el territorio y que es propiedad de un rico terrateniente.

Un western nada épico y si más reflejo de la vida cotidiana y la picaresca para salir adelante en tiempos difíciles donde el barro y la suciedad salpica al espectador. Deseas que los protagonistas se den más de una ducha en aquella América primitiva de principios del siglo XIX. Kelly Reichardt (Wendy&Lucy) sigue siendo una de las cineastas independientes más interesantes de EEUU.

 


PEQUEÑO PAÍS. La mirada atónita de un niño ante el genocidio de Ruanda y Burundi.

 

Burundi 1993. Algo más de cinco millones y medio de habitantes. Se convivía en paz, pero las dos grandes etnias dominantes hutus y tutsis mantenían sus diferencias ancestrales.

Gabi o Gabriel es un niño que va a cumplir diez años. Sus padres, francés él y tutsi de Ruanda ella, acaban separándose. Mientras eso ocurre Gabriel disfruta con sus amigos robando mangos al vecino y revendiéndolos a los automovilistas .Tienen ingenio y ganas de jugar. Gabi tiene como cómplice y admiradora a Ana, su hermana pequeña y la convivencia trascurre feliz a pesar de las noticias cada vez más intranquilizadoras de Ruanda y de la situación personal de sus padres. Ellos se quedan con el progenitor mientras la madre, refugiada en Burundi, regresa a Ruanda con su familia.

Con estos mimbres construye el director francés Eric Barbier su película “Pequeño país”, que acaba de ganar el Barcelona Film Festival Está basada en el libro autobiográfico, del mismo título de Gabriel Fayé que ha sido un éxito completo en Francia donde ha vendido más de setecientos mil ejemplares.

Fayé, además de escritor es un buen músico de rap que ha querido narrar su propia historia y la de su familia coincidiendo con uno de los genocidios más sangrientos cometidos en África Oriental cuando el siete de abril de 1994 los hutus de Ruanda decidieron aniquilar a cualquier tutsi que se encontraran en su camino. Miles de personas fueron asesinadas salvajemente como ya contó “Hotel Rwanda” en 2004 o varios documentales, pero a diferencia de aquella, “Pequeño país”, muestra lo que ocurrió desde la mirada atónita de un niño que es testigo directo de como su mundo idílico se derrumba por la violencia y la sinrazón.

Barbier describe con delicadeza cada momento y solo ,en muy contadas ocasiones, deja ver al espectador alguna secuencia violenta. Recuerda momentos históricos como la inacción, una vez más, de las fuerzas de Naciones Unidas y la pasividad de la comunidad internacional o el papel que jugaron los medios de comunicación locales y en particular la radio ruandesa para animar al aniquilamiento de los tutsis

Pequeño país” es la historia de un niño que conoció la guerra y que cuando creció nunca pudo olvidarla. Es la historia también de un niño que, gracias a una maestra, se aficionó a la lectura leyendo a Jack London y acabó convirtiéndose en escritor . Y es, sobre todo la mirada atónita del niño, de cualquier niño ,de cualquier parte,  ante la violencia que crece. Sus ojos lo dicen todo.

“Pequeño país”, es una pequeña gran película firmada por Eric Barbier al que recordaremos en nuestro país por “Promesa al amanecer”, basada en la vida del escritor Romain Gary. Ah la película dura 113’ pero los últimos siete reproducen sobre los títulos de crédito algunas de las canciones de Gabriel Fayé. Merecen la pena. Este es un fragmento:

“Pequeño país, cuando lloras, lloro

Cuando ríes, río

Cuando mueres, muero.

Cuando vives, vivo.

Pequeño país, sangro por tus heridas.

Pequeño país te quiero, de eso estoy seguro”



5/17/2021

SI BERLANGA,VIVIERA…


 

Estos tiempos dan para meditar

 Decía Luis Buñuel en sus memorias que pese a su desinterés por la información le gustaría regresar de entre los muertos de vez en cuando ,ver en los periódicos lo mal que estaba el mundo y regresar al frío de su tumba.

Berlanga, en su centenario, si volviera, se sorprendería de que han bajado los decibelios y que los sonidos están cubiertos por mascarillas salvo, cuando damos un sorbo a la cerveza, en los miles de terrazas que proliferan por toda nuestra geografía.

Berlanga se hubiese quedado sin su principal instrumento: la palabra. Porque el cine del maestro valenciano es una sucesión de personajes que se atropellan en sus expresiones, en su manera de hablar, siempre un poco más alta del que tienen enfrente. Más que conversaciones, sus personajes se expresan a gritos y sus palabras surgen como un torrente. Nos tenía calados. Radiografió como nadie a los españoles

Siempre he tenido muy presente el cine de Berlanga y no puedo evitar una sonrisa cuando recuerdo secuencias que se han clavado en mi memoria. Por supuesto el discurso de Bienvenido Mr. Marshall; los esfuerzos del pobre Cassen en Plácido por pagar la letra del motocarro; los intentos de Pepe Isbert por convencer a su yerno, Nino Manfredi para convertirse en verdugo y poder acceder a un piso de protección oficial o su saga de los nacionales, con aquella “Escopeta nacional” en que introdujo a toda la fauna de la época, en una  cacería durante el franquismo en que se daban cita ministros ,aspirantes a ministros con el sello del Opus; curas posconciliares; aristócratas venidos a menos; empresarios ambiciosos; amantes , criados obedientes y cómplices y  obsesos sexuales. Personajes corruptos, pero a los que Berlanga trataba con ternura y con ese humor que nos hacía reír sin pudor. Personajes, que como les que vinieron después con la transición acabaron “Todos en la cárcel”, adelantándose, de alguna manera, a la corrupción que hemos vivido en nuestro país.

Me pregunto cómo hubiese retratado Berlanga a la clase política de hoy, qué imagen habría podido hacer de todos esos políticos que se insultan ,se desprecian o se acusan en el Congreso, en otras instituciones o en la calle durante las campañas electorales . Berlanga habría puesto su cámara y no habría necesitado de actores. Aunque usen mascarillas son fáciles de reconocer. Sus expresiones, su verborrea , sus insultos se suceden un día si y otro también. La clase política de hoy tendría papel protagonista en esas películas corales de Berlanga.

El director valenciano no hubiese necesitado a sus cómicos, ni siquiera a Fernando Fernán Gómez o Luis Ciges, coetáneos de Berlanga, de los que también conmemoramos su centenario. Quizá para celebrar ese acontecimiento podría ofrecerles un cameo o una aparición fugaz a lo “austrohúngaro”.

Quien dice que el cine de Berlanga no es universal, que no ha trascendido fuera de España creo que tiene razón porque a ver quien es el valiente que se atreve en subtitular sus películas. Sería imposible reflejar las expresiones, las conversaciones, los gritos de esa multitud de personajes que transitan por sus historias ruidosas, como las tracas falleras.

(PUBLICADO EN LA VOZ DE CÁDIZ. 17-5-2021)

5/13/2021

“HIJOS DEL SOL” en busca del tesoro.

 

Hace unas semanas escribía en este mismo blog sobre “Yalda: la noche del perdón”, película iraní sobre los reality show llevados al extremo de poder reafirmar una sentencia de muerte. Este fin de semana nos llega “Hijos de la noche”(99’) del director iraní Majid Majidi quien propone un filme que traslada el mundo de Oliver Twist a las calles de Teherán.

Un grupo de niños de la calle sobrevive con pequeños hurtos y actitudes picarescas en una ciudad hostil y en la que es complejo sobrevivir. Unos delincuentes convencen a los niños para que se matriculen en un colegio porque, en sus sótanos ,hay escondido un tesoro. Deben buscar la manera de llegar hasta él.

Majid Majidi, a través de sus niños protagonistas, reflexiona sobre el trabajo infantil y al mismo tiempo traza una suave línea que nos acerca a los sueños de esos niños que van desde ayudar a sus familiares enfermos a convertirse en jugador de fútbol.  Unos niños que trabajan sin descanso para intentar encontrar el tesoro, cavando hasta la extenuación en el sótano de la escuela. El tesoro no deja de ser una metáfora sobre la propia infancia porque en los niños está el futuro.

La escuela es también un símbolo, un lugar donde los docentes de una ONG intentan ayudar a los niños de la calle y buscan redimirlos a través de la educación. La formación es un antídoto frente a la violencia y una opción para el futuro.

Los protagonistas fueron elegidos entre 3000 niños que se presentaron al casting , niños que no estaban acostumbrados a someterse a ninguna regla. El protagonista, Roohollah Zamani, un niño de 12 años llegó a ganar el premio “Marcello Mastroianni” en Venecia y hoy es uno de los actores que trabaja en una serie televisiva iraní, junto a otro de los personajes entrañables de la película, una niña afgana, sin identidad ni pasaporte, que vende baratijas en el metro de Teherán.

Majid Majidi recuerda en su cinta que 160 millones de niños en el mundo trabajan para mantener a sus familias, un tema que ya abordó en 1999 cuando se convirtió en el primer iraní candidato al Óscar por “Niños del cielo”.

“Hijos del sol” es una de las opciones más interesantes para este próximo fin de semana.

OTROS ESTRENOS: “Ghosts”, “Vivir sin nosotros”.

 


 

 

“Ghost”(90’), debut de la directora turca Azra Denis Okyay, ganó la Semana de la Crítica en el último festival de Venecia. Es una película de gran fuerza visual que nos lleva a lo más profundo de la noche en una barriada de Estambul en proceso de demolición.

La joven directora ha dicho que su película “es una metáfora de un país, el mío, que se hunde en la oscuridad”. Y es que en sus “fantasmas” reina el caos, situando en la acción a cuatro personajes que entrecruzan sus destinos en esa barriada condenada a ser demolida. Debe transformarse definitivamente por los intereses de las inmobiliarias. La familia, el activismo feminista, la música urbana o los sabotajes son elementos que se suceden frenéticamente en un gran cóctel explosivo ,en la noche más larga, en que los helicópteros sobrevuelan el barrio , mientras las patrullas policiales desalojan los edificios.

 

Su estreno, alejado de los circuitos más comerciales, coincide con otro título que lleva varias semanas buscando la manera de llegar a la cartelera, “Vivir sin nosotros”(104’), filme sueco con el que también debuta David Fierdmar. Una joven pareja homosexual debe enfrentarse a su ruptura. Mientras uno de los protagonistas, Hampus, considera muy positivo pasar página de una relación autodestructiva , el otro Adrian está destrozado anímicamente porque no quiere separarse bajo ningún concepto.

Un drama que se cuenta con naturalidad y que nos dice que también en el ámbito gay las rupturas de pareja son igual de corrientes y traumáticas que las que se producen entre los heteros. Una reflexión que ahonda en la psicología d ellos personajes y nos lleva a conocer esos “secretos de matrimonio” que ya revelaba Ingmar Bergman.

 Además, esta semana varias películas que nop he tenido ocasión de ver como el filme de animación “Barbie y su cumpleaños”; la comedia francesa  “Borrar el historial”; o los filmes de acción, “Ejército de los muertos” y terror, “ Todas las lunas”. O sea que hay donde elegir.

 

 

 

5/08/2021

OTROS ESTRENOS (7-5-2021)

 


Junto a las dos grandes películas de esta semana, “El olvido que seremos” y ¿Quo Vadis, Aida?, hay otros títulos que os referencio brevemente por si tuvierais interés en asistir a alguna de estas películas.

 

Se trata de “Cuatro días”(100’), película que dirige Rodrigo García (“Madres e Hijas”), en que de alguna manera sigue ahondando en las relaciones materno filiales a través de la compleja relación de una madre, Glenn Close y su hija heroinómana, Mila Kunis.

Filme duro que refleja esa impotencia y frustración de una madre por no poder solucionar la enfermedad de su hija. La acción se desarrolla durante los cuatro días del título y a Glenn Close su interpretación, le valió una nueva nominación al Oscar, premio que nunca ha obtenido.


De un drama con todas las de la ley a una comedia bastante convencional, aunque aquí se den bastantes opciones a “la boda de mi mejor amigo”. Se trata de la producción alemana “Boda sin fin”(95’). Aquí la protagonista se entera de que su mejor amigo va a casarse con la mujer equivocada. Se propone dinamitar la boda pero solo dispone de 24 horas. Dirige Maggie Peren (“El color del océano”)

Y como último apunte, una película de terror “Tiburón blanco”(100’). El debutante John Williams sigue explotando a estos escualos gigantescos como generadores de terror. Esta vez las víctimas son un grupo de excursionistas en la gran barrera de coral australiana. Ni que decir tiene que el tiburón se convertirá en pesadilla para todos ellos.

5/06/2021

¿Quo Vadis, Aida? : Memoria histórica de Srebrenica






“Quo Vadis Aida?(101’) , o ¿ qué hizo Naciones Unidas durante la guerra de Bosnia? Sería la pregunta que habría que hacerse porque esta cinta de la realizadora Jasmila Zbanic, nominada al Oscar de mejor película en lengua extranjera, nos traslada a los años noventa del siglo pasado cuando la ciudad de Srebrenica fue tomada por las tropas serbias que ejercieron una brutal represión contra la población civil.

¿Quo vadis, Aida? refleja la violencia sin límites protagonizada por los serbios a cuyo mando se encontraba el general Ratko Mladic, condenado a cadena perpetua por genocidio en 2017 por el Tribunal de la Haya .


Mladic entró en Srebrenica y acabó mandando matar a más de ocho mil hombres y niños musulmanes bosnios el 11 de julio de 1995, después de la inacción del destacamento neerlandés de Naciones Unidas, que custodiaba la zona, que quiso creer las promesas de los serbios de que no les ocurriría nada.

La película refleja esos momentos a través de la impotencia de una traductora de Naciones Unidas, excelente la actriz Jasna Djuricic, que hace lo imposible por proteger a su marido y sus dos hijos, ante el poco apoyo que recibe de los mandos militares de Naciones Unidas . Aida es un personaje de ficción, pero todo lo que cuenta la película es real y se basa en trascripciones de los juicios llevados a cabo y en relatos de los testigos supervivientes.

Jasmila Zbani, que solo tenía 17 años cuando se produjeron las matanzas de Srebrenica, quiso terminar sus estudios de cine con un documental sobre las fosas comunes. A día de hoy todavía no han podido ser identificados los restos de más de mil personas asesinadas por los serbios. Zbani, con su primera película de ficción “Grbavica”(2006) obtuvo el oso de oro en Berlín.


¿Quo Vadis, Aida? describe aquel genocidio, pero pone el acento también en la inacción de las Naciones Unidas , no tanto en los militares que debían haber protegido a los refugiados si no en los políticos de despacho que fueron ajenos a la tragedia que iba a producirse. De hecho, tampoco la UE, dentro de Naciones Unidas, hizo nada por detener los sucesivos conflictos bélicos que se produjeron en la antigua Yugoslavia , todos ellos a las puertas de la Europa del bienestar.

"EL OLVIDO QUE SEREMOS: La historia de un hombre bueno







“El olvido que seremos”, seguramente lo seremos la mayoría ,salvo algunos que serán inmortales y los recordarán generaciones y generaciones. Pero Héctor Abab Faciolince no olvidó a su padre, el cariño y la admiración que sintió por él y que reflejó en un libro que lleva ese mismo nombre y que publicó por primera vez en 2006. Posteriormente se reeditó en 2017,convirtiéndose en un libro de culto.

“El olvido que seremos”(136’) , llevada al cine por Fernando Trueba y ganadora del Goya de la mejor película iberoamericana, representado a Colombia, cuenta la historia de un hombre bueno. De un ser humano afable, generoso, cariñoso con los suyos, solidario y firme defensor de los derechos humanos. Héctor Abad Gómez alzaba su voz contra cualquier injusticia.



Su hijo, Héctor Abad Faciolince nunca olvidó a su padre, asesinado en 1987 por paramilitares en Medellín, asesinos a sueldo de esas fuerzas ocultas que se encargan de eliminar a todo aquel que les moleste .Los que mueven los hilos del poder no soportaban que un médico les dijera que había que potabilizar el agua y que los niños recibiesen leche gratuita en los barrios más pobres de la ciudad. Le acusaron de marxista por su atención a los más necesitados, pero también desde la izquierda se le acusó de burgués tibio porque no estaba de acuerdo con la lucha armada. Estaba en medio del fuego cruzado.

Se exponía con sus opiniones y en sus clases de la universidad, pero estaba convencido de que no hacía mal a nadie. Su hijo cuenta todos los secretos que compartía con su padre, y ese cariño y admiración que sentía por él como les ocurría a sus cuatro hermanas. Javier Cámara realiza un brillante trabajo, incluso con el acento de Medellín, para interpretar a ese padre próximo y realista que transita por la vida de forma decidida, convencido de sus valores.

Fernando Trueba dirige una de sus mejores películas, pero el guion de su hermano David no se queda atrás. Parecía ,casi imposible adaptar un libro tan intenso y lleno de fragmentos y de recuerdos que van y vienen pero que permiten sentir los besos y abrazos que el padre repartía entre sus hijos o sus esfuerzos por acabar con los años de plomo en Medellín.



En “El olvido que seremos” viviremos la infancia , la juventud y los momentos previos al asesinato del padre. Son ráfagas que definen el rápido trascurso de la vida. El color o el blanco y negro fotografían sensaciones, resaltando pasajes luminosos o, por el contrario, la proximidad de la muerte.

Ese “Olvido que seremos”, el primer verso de un poema de Borges que siempre llevaba en su chaqueta el médico Héctor Abad Gómez , es un gran libro, pero no tengo duda de que también es una gran película.