El cine es espectáculo y ya se encargó de recordárnoslo
James Bond, con filmes plenos de acción e ingenio o la saga de Misión Imposible
con Tom Cruise reventando taquillas como ocurre ahora con películas bastante
más fantásticas, con superhéroes que realizan acciones inverosímiles, en las
que solo podemos creer porque las vemos en pantalla.
Eso constituye buena parte de la magia del cine, en que los
efectos especiales artesanales hace mucho tiempo que fueron sustituidos por
sofisticados nacidos de la tecnología digital.
“Despierta la furia”, con prácticamente dos horas de duración, va a hacer que no nos enteremos que el tiempo pasa porque está plena de acción. Personalmente no es el cine que me interesa, pero permite acomodarte en tu butuca y desfrutar del espectáculo sin nada que te moleste. Es una película construida con fundamentos suficientes para tener repercusión en taquilla. Su director es el británico Guy Ritchie quién irrumpió con fuerza en el mundo del cine en 2000, con el thriller “Snatch: Cerdos y diamantes” ya con Jason Statham en el papel protagonista o su última aportación al cine con “The Gentleman: Los señores de la mafia”. Tampoco hay que olvidar sus dos entregas sobre Sherlock Holmes o la dedicada al Rey Arturo.
En “Despierta la furia , Jason Statham es H. un
frio y misterioso conductor en una empresa de traslado de dinero. Cada semana
los camiones blindados mueven cientos de millones de dólares por las calles de
Los Ángeles con el consiguiente interés de las bandas organizadas.
H Es capaz de acabar con cualquier asaltante que se
enfrente a él y también de hurgar en la corrupción que parece haber en la
compañía que le ha contratado. Busca venganza, quiere encontrar a quienes le
causaron un daño irreparable.
Ni que decir tiene que Jason Statham es un actor que encaja
perfectamente en el papel. El protagonista de las últimas “Fast Furious” o de
la saga “Transporter” es un actor hierático, frío y ajeno a todo lo que pueda
desviar sus objetivos. Reparte a diestro y siniestro y nos recuerda que los
buenos siempre ganaban en las películas, aunque su bondad,en algunas
secuencias, deje mucho que desear.
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