Burundi 1993. Algo más de cinco millones y medio de
habitantes. Se convivía en paz, pero las dos grandes etnias dominantes hutus y
tutsis mantenían sus diferencias ancestrales.
Con estos mimbres construye el director francés Eric Barbier
su película “Pequeño país”, que acaba de ganar el Barcelona Film
Festival Está basada en el libro autobiográfico, del mismo título de Gabriel
Fayé que ha sido un éxito completo en Francia donde ha vendido más de
setecientos mil ejemplares.
Barbier describe con delicadeza cada momento y solo ,en muy
contadas ocasiones, deja ver al espectador alguna secuencia violenta. Recuerda
momentos históricos como la inacción, una vez más, de las fuerzas de Naciones
Unidas y la pasividad de la comunidad internacional o el papel que jugaron los medios
de comunicación locales y en particular la radio ruandesa para animar al
aniquilamiento de los tutsis
“Pequeño país” es la historia de un niño que conoció
la guerra y que cuando creció nunca pudo olvidarla. Es la historia también de
un niño que, gracias a una maestra, se aficionó a la lectura leyendo a Jack
London y acabó convirtiéndose en escritor . Y es, sobre todo la mirada atónita del
niño, de cualquier niño ,de cualquier parte, ante la violencia que crece. Sus ojos lo dicen
todo.
“Pequeño país”, es una pequeña gran película firmada
por Eric Barbier al que recordaremos en nuestro país por “Promesa al amanecer”,
basada en la vida del escritor Romain Gary. Ah la película dura 113’ pero los
últimos siete reproducen sobre los títulos de crédito algunas de las canciones
de Gabriel Fayé. Merecen la pena. Este es un fragmento:
“Pequeño país, cuando lloras, lloro
Cuando ríes, río
Cuando mueres, muero.
Cuando vives, vivo.
Pequeño país, sangro por tus heridas.
Pequeño país te quiero, de eso estoy seguro”
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