5/20/2021

PEQUEÑO PAÍS. La mirada atónita de un niño ante el genocidio de Ruanda y Burundi.

 

Burundi 1993. Algo más de cinco millones y medio de habitantes. Se convivía en paz, pero las dos grandes etnias dominantes hutus y tutsis mantenían sus diferencias ancestrales.

Gabi o Gabriel es un niño que va a cumplir diez años. Sus padres, francés él y tutsi de Ruanda ella, acaban separándose. Mientras eso ocurre Gabriel disfruta con sus amigos robando mangos al vecino y revendiéndolos a los automovilistas .Tienen ingenio y ganas de jugar. Gabi tiene como cómplice y admiradora a Ana, su hermana pequeña y la convivencia trascurre feliz a pesar de las noticias cada vez más intranquilizadoras de Ruanda y de la situación personal de sus padres. Ellos se quedan con el progenitor mientras la madre, refugiada en Burundi, regresa a Ruanda con su familia.

Con estos mimbres construye el director francés Eric Barbier su película “Pequeño país”, que acaba de ganar el Barcelona Film Festival Está basada en el libro autobiográfico, del mismo título de Gabriel Fayé que ha sido un éxito completo en Francia donde ha vendido más de setecientos mil ejemplares.

Fayé, además de escritor es un buen músico de rap que ha querido narrar su propia historia y la de su familia coincidiendo con uno de los genocidios más sangrientos cometidos en África Oriental cuando el siete de abril de 1994 los hutus de Ruanda decidieron aniquilar a cualquier tutsi que se encontraran en su camino. Miles de personas fueron asesinadas salvajemente como ya contó “Hotel Rwanda” en 2004 o varios documentales, pero a diferencia de aquella, “Pequeño país”, muestra lo que ocurrió desde la mirada atónita de un niño que es testigo directo de como su mundo idílico se derrumba por la violencia y la sinrazón.

Barbier describe con delicadeza cada momento y solo ,en muy contadas ocasiones, deja ver al espectador alguna secuencia violenta. Recuerda momentos históricos como la inacción, una vez más, de las fuerzas de Naciones Unidas y la pasividad de la comunidad internacional o el papel que jugaron los medios de comunicación locales y en particular la radio ruandesa para animar al aniquilamiento de los tutsis

Pequeño país” es la historia de un niño que conoció la guerra y que cuando creció nunca pudo olvidarla. Es la historia también de un niño que, gracias a una maestra, se aficionó a la lectura leyendo a Jack London y acabó convirtiéndose en escritor . Y es, sobre todo la mirada atónita del niño, de cualquier niño ,de cualquier parte,  ante la violencia que crece. Sus ojos lo dicen todo.

“Pequeño país”, es una pequeña gran película firmada por Eric Barbier al que recordaremos en nuestro país por “Promesa al amanecer”, basada en la vida del escritor Romain Gary. Ah la película dura 113’ pero los últimos siete reproducen sobre los títulos de crédito algunas de las canciones de Gabriel Fayé. Merecen la pena. Este es un fragmento:

“Pequeño país, cuando lloras, lloro

Cuando ríes, río

Cuando mueres, muero.

Cuando vives, vivo.

Pequeño país, sangro por tus heridas.

Pequeño país te quiero, de eso estoy seguro”



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