5/17/2021

SI BERLANGA,VIVIERA…


 

Estos tiempos dan para meditar

 Decía Luis Buñuel en sus memorias que pese a su desinterés por la información le gustaría regresar de entre los muertos de vez en cuando ,ver en los periódicos lo mal que estaba el mundo y regresar al frío de su tumba.

Berlanga, en su centenario, si volviera, se sorprendería de que han bajado los decibelios y que los sonidos están cubiertos por mascarillas salvo, cuando damos un sorbo a la cerveza, en los miles de terrazas que proliferan por toda nuestra geografía.

Berlanga se hubiese quedado sin su principal instrumento: la palabra. Porque el cine del maestro valenciano es una sucesión de personajes que se atropellan en sus expresiones, en su manera de hablar, siempre un poco más alta del que tienen enfrente. Más que conversaciones, sus personajes se expresan a gritos y sus palabras surgen como un torrente. Nos tenía calados. Radiografió como nadie a los españoles

Siempre he tenido muy presente el cine de Berlanga y no puedo evitar una sonrisa cuando recuerdo secuencias que se han clavado en mi memoria. Por supuesto el discurso de Bienvenido Mr. Marshall; los esfuerzos del pobre Cassen en Plácido por pagar la letra del motocarro; los intentos de Pepe Isbert por convencer a su yerno, Nino Manfredi para convertirse en verdugo y poder acceder a un piso de protección oficial o su saga de los nacionales, con aquella “Escopeta nacional” en que introdujo a toda la fauna de la época, en una  cacería durante el franquismo en que se daban cita ministros ,aspirantes a ministros con el sello del Opus; curas posconciliares; aristócratas venidos a menos; empresarios ambiciosos; amantes , criados obedientes y cómplices y  obsesos sexuales. Personajes corruptos, pero a los que Berlanga trataba con ternura y con ese humor que nos hacía reír sin pudor. Personajes, que como les que vinieron después con la transición acabaron “Todos en la cárcel”, adelantándose, de alguna manera, a la corrupción que hemos vivido en nuestro país.

Me pregunto cómo hubiese retratado Berlanga a la clase política de hoy, qué imagen habría podido hacer de todos esos políticos que se insultan ,se desprecian o se acusan en el Congreso, en otras instituciones o en la calle durante las campañas electorales . Berlanga habría puesto su cámara y no habría necesitado de actores. Aunque usen mascarillas son fáciles de reconocer. Sus expresiones, su verborrea , sus insultos se suceden un día si y otro también. La clase política de hoy tendría papel protagonista en esas películas corales de Berlanga.

El director valenciano no hubiese necesitado a sus cómicos, ni siquiera a Fernando Fernán Gómez o Luis Ciges, coetáneos de Berlanga, de los que también conmemoramos su centenario. Quizá para celebrar ese acontecimiento podría ofrecerles un cameo o una aparición fugaz a lo “austrohúngaro”.

Quien dice que el cine de Berlanga no es universal, que no ha trascendido fuera de España creo que tiene razón porque a ver quien es el valiente que se atreve en subtitular sus películas. Sería imposible reflejar las expresiones, las conversaciones, los gritos de esa multitud de personajes que transitan por sus historias ruidosas, como las tracas falleras.

(PUBLICADO EN LA VOZ DE CÁDIZ. 17-5-2021)

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