En ese solárium gratuito que es la Puerta del Sol, con
nativos y foráneos asegurándose una buena ración de rayos uva, encuentro, sin
embargo, que mucho antes de que se reformara hubo hombres ilustres que
durmieron en ese entorno tan bullicioso en que solo se muestran pétreos el oso
y el madroño.
Me detengo ante el número 11 y veo que Jorge Luis Borges
durmió entre las cuatro paredes de la pensión Americana. Fue en 1920 y allí
escribió sus primeros poemas ultraístas mucho antes de que escribiera “El Aleph”
o ganara el Cervantes en 1980, compartiéndolo con Gerardo Diego
Enfrente, más de medio siglo antes, en 1862, está la placa
que recuerda que el escritor danés Hans Christian Andersen, se paseó por la
Puerta del Sol esquina con Mayor donde estaba la desaparecida fonda “La Vizcaína”…
En ese Madrid del XIX, el autor de “El patito feo”, “La
sirenita” o “El soldadito de plomo” escribiría sobre su viaje por España , uno
de los países en que pasó una larga temporada como también hizo en Alemania,
Gran Bretaña o Turquía.
Sin tener que desplazarse mucho más , saliendo de la Puerta
del Sol, junto Lhardy, en la Carrera de San Jerónimo nº 8, está la placa que recuerda
que Alejandro Dumas, el autor de “Los tres Mosqueteros” o “El conde de Montecristo”
se alojó en la Casa de Monier.
Dumas, era una especie de cronista de la prensa rosa y por
ese motivo vino a narrar la boda Luisa Fernanda, hermana de Isabel II. Fue en
1846.
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