DESCONCIERTO BLANCO
El Madrid jugó este miércoles uno de los peores partidos que
le recuerdo en la Copa de Europa. Si el Leipzig hubiese estado más acertado
estaríamos hablando de la eliminación del equipo blanco.
Hay misterios en esto del fútbol, difíciles de desentrañar.
Todo comenzó con la alineación de Ancelotti, una innovación que como en otras ocasiones
ha dado malos resultados. Poblar el centro del campo de centrocampistas aguerridos
como Camavinga, Tchouaméni y Valverde produjo el caos porque no supieron dónde
colocarse. Valverde jugó de falso extremo con el objetivo de presionar la
salida del balón, como debían hacer también Bellingham y Vinicius, pero no tuvo
incidencia, hicieron una pésima presión y fueron demasiadas las veces en que el
brasileño se encontró solo en el ataque.
El Madrid traía la ventaja de un gol de Alemania, después de
un partido en que Lunin les salvó de la derrota. Ayer, el equipo salió a
defender el gol de ventaja, pero estuvo contra las cuerdas en muchos minutos, incapaz
de imponer su juego ante un equipo aguerrido y con bastante calidad arriba, a pesar de desaprovechar varias ocasiones.
En la segunda parte el Madrid mejoró, pero fue un espejismo.
El buen gol de Vinicius tuvo una respuesta inmediata del Leipzig que encerró a
los blancos en el último tramo del partido y ya en el tiempo de prolongación
Dani Olmo, con un toque sutil llevó el balón al travesaño. La suerte se alió
con el Madrid que tuvo una actuación horrorosa en la que solo se salvaron
Lunin, la calidad de Kross y el pundonor de Valverde. Carvajal continuó en la línea insegura que
apreciamos en Valencia; Nacho y Rudiger no dieron buena salida al balón; Mendy
estuvo perdido como Camavinga y un Tchouaméni que en ningún momento fue
determinante como medio defensivo. Bellingham jugó su peor partido con el
Madrid y Vinicius estuvo prácticamente desaparecido durante todo el encuentro
hasta su irrupción en el gol.
Rodrigo revitalizó durante unos minutos el ataque, pero
sigue reñido con el gol y solo Modric dio algo más de tranquilidad a un Madrid apático,
sin tensión e impotente durante muchos minutos del juego.
Ayer el equipo pasó a cuarto, pero como no despierte no será
muy largo el camino por Europa.
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