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La protagonista y el director de" Sweat" presentaron la película en los cines Embajadores, de Madrid |
Esta semana hay varios estrenos que hablan de amor. Pero no
de un solo amor. Hay películas que hablan de amor tóxico, homosexual, de la
carencia de amor e incluso del poliamor. Las hay también que hablan de
solitarios, de como la fama y el éxito puede esconder la mayor de las soledades
.También hay lugar `para el sueño americano con un western en que sus
protagonistas son cazadores de pieles.
Son solo algunas de las propuestas porque, este fin de
semana, la cartelera se muestra animada y con algunos títulos, aparte de “Pequeño
país”, al que he dedicado ya un comentario, que tienen su interés.
El joven director sueco Magnus von Horn estuvo esta semana
en Madrid junto a la actriz protagonista, Magdalena Kolesnik para presentar “Sweat”(105’)
una historia sobre la soledad porque a pesar de que tengas setecientos mil
seguidores en Instagram ,seas una ”influencer” de la vida sana y el fitness y
atraigas a todos los hombres con que te cruzas, estás absolutamente sola porque
todo trascurre frenéticamente y no hay nadie que llene tu vida. Solo un perro
que es tu único compañero.

El director sueco sigue el día a día de la protagonista en
esta coproducción entre su país y Polonia. La cámara no se aparta de ella para
que intentemos comprenderla . Sus clases, su comida, sus fiestas familiares, su
imposibilidad de sentir, de amar o de ser amada, el sentirse acosada, la tv…Sylvia tiene días
buenos y malos que muestra sin pudor, cree que sus seguidores deben conocer
todo lo que hace. “Sweat” nos
sitúa ante la triunfadora que expone su intimidad a todo aquel que quiera
seguirla. Detrás de su fachada atractiva, alegre, desenfadada está la enorme
dependencia que conlleva su popularidad que conduce a la ansiedad y a preguntarse quién es ella, porque no tiene a
nadie a quien amar.
De amores y soledades también habla “Mía y Moi”(104’)
en que la historia se sitúa en una masía no muy lejos de la playa en que Mía,
Bruna Cusí(“Verano 1993”), recibe a su hermano Moi (Ricardo Gómez, “Cuéntame”)
y la pareja de este Eneko Sagardoy (“Handia) donde pasarán unos días de
vacaciones.
Moi tiene graves problemas psicológicos y en sus permanentes
silencios se apoyo en Mía que es su protectora y por la que siente casi, un
amor enfermizo, tanto como el que debieron sentir por la madre muerta. No pasa
nada. Paseos, la playa, juegos de mesa, pizzas, silencios, deseos reprimidos y
la presencia de un cuarto personaje que lo cambia todo, el antiguo novio de Mía,
interpretado por Joe Manjón, que encarna a una personaje chulo, macarra y detestable
que convierta la paz del trío en una situación cada vez más tensa y agobiante
que, nos llevará a la tragedia. Prometedor debut en la dirección de Borja de la
Vega.
Y he visto esta semana también, la comedia “Poliamor para
principiantes”(97’) que firma el veterano Fernando Colomo y que me ha
decepcionado porque está muy lejos de las mejores comedias del director madrileño.
No se si el reparto no ha sido el más apropiado, si el guion
ha cojeado o los diálogos son demasiado simples, pero no he visto al mejor
Colomo por ningún lado. Dicho lo cual, “Poliamor para principiantes”
podría haber tenido muchas más posibilidades de las que nos muestra en la
pantalla. Manu(Quim Ávila) es un romántico empedernido, un youtuber que aumenta
exponencialmente sus seguidores cuando adopta la personalidad, en las redes, de
Ranger del amor, apoyado por su padre (Karra Elejalde) y con el escepticismo de
su madre (Toni Acosta) que, en el fondo están deseando que “el niño”, se busque
la vida fuera de casa.
Manu se enamora de Amanda(María Pedraza) una médica que tiene relaciones poliamorosas
tanto con hombres como con mujeres. Todo lo contrario, a lo que Manu desea. Situaciones
de enredo, equívocos, desencuentros, encuentros y todo, demasiado previsible.
Ya digo que la idea podría haber dado mucho más de si,porque mimbres y estar al día no le faltan a Colono, pero
le ha faltado el alma de filmes intimistas como “Isla bonita” o comedias
clásicas de nuestro cine como “La vida alegre”.
Y el último titulo que os comento esta semana , “First cow”(122’),
western norteamericano de Kelly Reichardt que no habla de amor, pero si de una
amistad hasta sus últimas consecuencias.
Una mujer paseando a su perro descubre unos restos humanos y
a partir ahí viajamos al pasado para conocer su origen. La película narra la
historia de un cocinero(John Magaro) contratado por una expedición de cazadores
de pieles, en el estado de Oregón. Estamos en 1820 y miles de hombres se hallan a
la búsqueda del “sueño americano”.
El cocinero protege a un inmigrante chino(Orion Lee) al que
persiguen para matarle. Tras esconderlo vuelve a encontrarse con él, un tiempo
después y ambos se van a vivir a una cabaña donde sobreviven como pueden hasta
que comienzan a preparar dulces que se hacen famosos en la región. El único
problema es que tienen que ordeñar clandestinamente a la única vaca que hay en
el territorio y que es propiedad de un rico terrateniente.
Un western nada épico y si más reflejo de la vida cotidiana
y la picaresca para salir adelante en tiempos difíciles donde el barro y la
suciedad salpica al espectador. Deseas que los protagonistas se den más de una
ducha en aquella América primitiva de principios del siglo XIX. Kelly Reichardt
(Wendy&Lucy) sigue siendo una de las cineastas independientes más interesantes
de EEUU.