“LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA” (110’)
DIR: Fernando Franco
INTÉRPRETES: Valeria Sorolla, Telmo Irureta, Emma Suárez
En su primera película “Herida” (2013) Fernando
Franco se acercaba a la vida de una mujer amable y abierta con sus compañeros de trabajo y
agresiva y distante con los seres más próximos. Marian Álvarez interpretaba a
una mujer joven afectada por un trastorno limite de la personalidad que la llevaba
incluso a autolesionarse.
Después de “Morir”, su segundo largometraje, Fernando
Franco sigue ahondando en la personalidad de sus protagonistas, incide en el
retrato psicológico en este caso de una chica joven, Laura, la debutante
Valeria Sorolla, que reside en un Colegio Mayor de Madrid, solo de chicas. Proviene
de una familia conservadora de una pequeña ciudad y se siente completamente
insegura entre sus compañeros. No ha salido con ningún chico y tiene miedo a
tener relaciones sexuales. No acepta su cuerpo, poco desarrollado y viste siempre
con ropa que oculta sus formas. Le cuesta relacionarse y lo intenta a través de
las redes sociales.
En una fiesta, ajena a los versos y abrazos de otros, conoce
a un chico con parálisis cerebral, postrado en su cama. David (Telmo Irureta)
vive con su madre (Emma Suárez) y su hermano. Tienen un ambiente mucho más
liberal y abierto que el que ella ha conocido en su casa.
En ese ambiente va a abandonar el nido y comenzará un
proceso de emancipación hacia la madurez. David, postrado en su cama, la
ayudará a conocerse en todos los sentidos , con el apoyo de su madre que
preserva la intimidad de ambos.
Son como aquellas “Sesiones”, que protagonizaba Helen
Hunt pero Laura parte del más absoluto desconocimiento . Su trato con David va a
ayudarla a conocerse y a superar sus miedos.
La película se ha visto en San Sebastián donde se ha ido de
vacío a pesar de las buenas críticas. Fernando Franco sigue ahondando en situaciones
y personajes complejos como Laura en la que si existe un antes y un después.
“La consagración de la primavera” ayuda a
visibilizar situaciones poco conocidas y que Fernando Franco retrata con emotividad
y sensibilidad.
INTERESANTE
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