El día en que murió Marilyn era sábado y estábamos de vacaciones. Era el 4 de agosto de 1962 y yo no había cumplido los diez años. Sin embargo, tengo muy presente el momento en que la televisión anunció su muerte. Fue un sobresalto consciente de que aquella imagen de una mujer rubia, resplandeciente ,siempre con una sonrisa se había apagado para siempre. No había redes sociales, ni internet, ni el volumen de información que nos inunda actualmente, pero Marilyn era enormemente cercana a todos nosotros, a pesar de que éramos niños y solo habíamos visto alguna de sus películas pasadas por televisión o en las salas de sesión continua.
“Blonde” no
es una película sencilla porque lo que pretende es separar en dos a la misma
mujer. A la exitosa y exuberante Marilyn Monroe y a Norma Jeane, la niña y la
mujer victima de maltratos y abusos ; amargada por los abortos que sufrió o el
fracaso de sus sucesivos matrimonios.
En “Blonde”
más que a la mujer que nos enamoró vemos a la mujer triste,
llorosa y depresiva que ocultaba su fachada de actriz.
El personaje
que interpreta Ana de Armas es posiblemente el más complejo de su carrera. Es a
la vez esas dos mujeres en una película en que el director australiano Andrew
Dominick ha adaptado la novela escrita por Joyce Caroll Oates en 2000 y ha
querido poner el acento denunciando el maltrato que Norma sufrió en su infancia
por una madre enferma que acabó en un psiquiátrico o la búsqueda continúa del
padre al que nunca conoció.
Su ingreso
en un orfanato y después ya la vemos acudiendo a su primera prueba sufriendo
abusos sexuales por parte del productor que la recibe. Una práctica denunciada
en Hollywood muchos años después y que incide en el poder que tenían los grandes
ejecutivos de la industria cinematográfica para abusar de las jóvenes que
buscaban un papel en una película.
“Blonde”
es un biopic, alejado de la narración lineal y fría. Quiere poner el acento en
esa Norma agobiada, angustiada, cansada de ser Marilyn que tampoco encuentra la
estabilidad con sus sucesivos maridos: el exjugador de beisbol, Joe Di Maggio,
celoso y maltratador y el intelectual Arthur Miller quién se vio sorprendido
por una mujer culta y lectora, muy alejada de la imagen de mujer objeto que
representaba Marilyn.
Norma quería
ser madre y los abortos que tuvo frustraron sus deseos. Las pastillas y el
alcohol fueron consumiéndola y sus rodajes, como vemos en Con faldas y a lo
loco, fueron un infierno.
La violación
del productor en los inicios tiene una continuación al final cuando es el
presidente Kennedy, postrado en una cama le pide favores sexuales e incluso una
felación, mientras habla por teléfono escuchando las acusaciones de abusos a
dos mujeres que le trasmite uno de sus asesores.
En mi cabeza todavía está la Marilyn radiante y deslumbrante y quizá esta película reivindica el respeto que Hollywood nunca la dio. “Blonde” lo intenta, aunque agobia el llanto y la angustia de Ana de Armas que, se ha arriesgado con interpretar a un personaje icónico de la historia del cine. Su trabajo es impecable y no me extrañaría que figurara entre las candidatas al oscar.
Marilyn sonreía cuando estaba rota por dentro. En cambio, nadie supo quién era Norma Jean.
( Se
puede ver en NETFLIX. Su duración es de 166’)
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