No hay que
darle muchas ideas al veterano Paul Verhoven para describir escenas de sexo en
sus películas. El realizador neerlandés nos ha dado buena muestra de ello en películas
que son un icono del erotismo en el cine tal es el caso de “Instinto básico”,
“El libro negro”, “Showgirls” o “Elle”, herederas todas ellas de sus
escandalosos inicios en los Países Bajos con títulos que se convirtieron en
paradigmas del erotismo europeo como “Delicias turcas” y “Delicias
holandesas”.
Verhoven no
engaña a nadie cuando es explícito en sus propuestas cinematográficas ,cuando
de sexo se trata y “Benedetta” no es una excepción.
La acción se sitúa en la Italia del siglo XVII. La monja Benedetta Carlini (Virginie Efira) sufre visiones religiosas y eróticas, al mismo tiempo que van creciendo sus diferencias con la abadesa (Charlotte Rampling) que la considera una farsante. Benedetta que fue ingresada por sus padres en el convento cuando era una niña, tiene visiones con Jesús como protagonista quién condena el deseo sexual de la monja, pero más adelante la pide que se desnude porque “allí de dónde vengo, no existe la vergüenza”.
Benedetta, apoyada
en sus visiones, encuentra el apoyo del clero cercano y se convierte en
abadesa. Su celda la comparte con una novicia recogida en el convento, Bartolomea
(Daphne Patakia) quién la inicia sexualmente en la práctica del lesbianismo.
De hecho, la
película se basa en el libro “Inmodest Acts: The life of a Lesbian. Nun in Renaissance
in Italy”, de Judith C. Brow, una de las primeras obras en documentar el
lesbianismo en la historia moderna occidental.
Durante el siglo XVI el lesbianismo era castigado con la hoguera. Un
siglo después era suficiente que una mujer utilizara un instrumento para dar
placer a otra para ser quemada.
En “Benedetta”
las monjas utilizan una figura tallada de la Virgen. Fue ese instrumento, reconvertido
en consolador sexual el que mayor controversia causó en Cannes. De todas las
transgresiones que contiene la película fue el más llamativo y provocador.
El poder del nuncio (Lambert Wilson) |
“Benedetta” no solo es erotismo si no también un fresco de una época oscura con el gran poder que representaba la Iglesia Católica en aquella sociedad llena de temores y enfermedades como la peste que asolaba a los habitantes de las ciudades.
"Benedetta" es
sexo, pero también la exigencia de una mujer que se enfrenta al poder establecido,
reivindicando su derecho al placer y desafiando las normas marcadas por sus superiores.
Verhoven convierte a sus heroínas en mujeres dispuestas a plantar cara a todo y
a todos los que se enfrenten a ellas.
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