El cine chileno muestra una vitalidad envidiable. Junto a Sebastián Leilo, autor de las dos versiones de “Gloria”, el pasado año dos directores consagrados como Andrés Wood y Pablo Larrain, estrenaron, respectivamente, sus últimas propuestas, las excelentes “Araña”, un thriller político y la inquietante y a menudo desconcertante “Emma”.
A estos directores, reconocidos internacionalmente hay que añadir a Jorge Riquelme, ganador en San Sebastián de la sección nuevos realizadores con “Algunas bestias” un drama de corte familiar, con elementos del thriller, con un potente guion y una gran fuerza visual.
“Algunas bestias” (97’) se sitúa en la isla de Chaullín, conocida por los habitantes de la zona como Helvecia, en la costa de Calbuco. Un lugar paradisíaco que acompaña, nunca interfiere, con sus bellos atardeceres; bosques plenos de vegetación y playas nada agresivas, a una familia burguesa, típica occidental. Los abuelos, excelentes Paulina García y Alfredo Castro, los hijos y los nietos. Seis personajes que esconden mucho más de lo que aparentemente cuentan. El matrimonio espera que los padres les ayuden en el proyecto de construir un hotel para promover el turismo ecológico. Ese es uno de los puntos de fricción, pero hay otras muchas historias que se entrecruzan y secretos que no se desvelan hasta el final. Los personajes se preguntan como sobrevivir a sus propias relaciones, a esos fantasmas que ocultan. La aparente calma familiar se rompe por pequeñas cosas, como cuando la abuela descubre que su nieta le ha quitado el maquillaje, pero la rabia y casi el odio que muestran tiene otros motivos escondidos.
Seis personajes que tienen detrás a un gran autor y un séptimo que desaparece pronto, el guarda contratado para atenderles durante la semana que debían pasar en la isla.
Jorge Riquelme (“Camaleón,2015”) en su segundo largometraje demuestra una gran madurez y una enorme dirección de actores. Todos están excelentes en la aparente normalidad y en los momentos en que estallan las tensiones. Tienes la sensación de que algo va a pasar pero no encuentras el momento, en que unos personajes fríos, tan fríos como la casa en la que están sin agua, sin luz, sin señal, van a mostrar sus emociones… Frío, mucho frío de un entorno claustrofóbico, con unos personajes solos en la isla, con el mar como única salida y el lugar donde encontrar la calma después de la tormenta.
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