Tres
veces veinte
Los suecos celebran el paso del tiempo. Década a década
convocan a los amigos para que sean testigos y partícipes de que siguen
viviendo. . Y lo hacen disfrutando al
máximo , uniendo a su idiosincrasia la de españoles de adopción que
tienen desde que sus padres se asentaron en nuestro país en los años cincuenta
y sesenta.
Sesenta era la cifra que cumplía uno de los integrantes del
grupo. Español casado con sueca que congregó en Altea, en la costa alicantina,
a una veintena de amigos españoles ,finlandeses, haitianas, y por supuesto, suecos
. Más de una veintena de amigos que durante casi tres días comieron, bebieron,
cantaron y hasta caminaron más de diez kilómetros por la Sierra Gelada,
un parque natural desde el que se domina el Mediterráneo.
Desde el faro pensé en “El viejo y el mar” y decidí que todavía se podía aplazar, por lo menos hasta la próxima década. Ernest Hemingway escribió aquel libro sesenta años atrás, en 1952 y desprendió poesía en aquella historia que nos habla de sentimientos, de lucha, de amistad y del paso del tiempo.

Después, seguí rebuscando
en el cincuenta y dos y ves que no han cambiado tantas cosas. Se inventó el
código de barras, si ese que suena cuando salimos de un gran almacén aunque
hayas pagado religiosamente. Antes sin código de barras comprendías porque
algunos libros y discos salían escondidos en los grandes abrigos de los
estudiantes. Ahora son más sutiles: la cultura se baja de internet. Pasan los
años pero las cosas no cambian. O si no veamos quién reina en Inglaterra: La reina Isabel II accedió al
trono.
Hoy cantamos bajo la lluvia, porque llueve de verdad aunque
cuesta moverse como Gene Kelly en los tiempos que corren. Tampoco debemos estar
“solos ante el peligro” como Gary Cooper caminando hacia la estación al encuentro
de los forajidos. Fred Zinnemann la dirigió pero en realidad fue el guionista Carl Foreman quién recordó su
situación personal al negarse a brindar información al Comité de Actividades Anti-norteamericanas
y pasar a engrosar las listas negras del senador McCarthy . Estuvo “solo ante el peligro” y a nuestro
amigo no podíamos dejarle en el mismo trance.
Deben ser éstos que vivimos tiempos solidarios ante la
crisis como los que protagonizaron los habitantes de Villar del Río que
confiaron en el Plan Marshall. Allí los americanos pasaron de largo a pesar de
la bienvenida que les dio Berlanga. Ahora no han cambiado tanto las cosas y en
lugar de a Marshall miramos al Banco Central Europeo y si me apuran al Fondo Monetario
Internacional, garantes de que no nos
vayamos al garete y de paso el euro y toda su parafernalia.
Mil novecientos cincuenta y dos nos trajo los Juegos Olímpicos, de Helsinky . Este año la
cita será en Londres. Hubo liga y ganó el Barcelona. Este año no. Algún cambió
tiene que haber porque si no, no harían falta los historiadores.
No ha pasado el
tiempo. Todo se repite. Por eso no son sesenta años. Sólo tres veces veinte.
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