“La pesca del salmón en Yemen” y “De Nicolás a Sarkozy”
“La política es una profesión de tontos hecha por
inteligentes . Una frase definitoria , que se pronuncia en la película de “Nicolás
a Sarkozy”, y que es extensible a otro
título que ha llegado a nuestras carteleras, “Las pesca del salmón en Yemen”.
Ambas películas retratan y en algún caso más bien
caricaturizan, a la clase política. De “Nicolás a Sarkozy” tan bien
interpretada por Denis Podalydés que en momentos confundimos con el todavía presidente
francés, por sus gestos, por sus tics y seguramente y sobre todo por su
ambición, ha llegado a los cines españoles en plena campaña a las elecciones
presidenciales francesas.

En este caso la
película que dirige Xavier Durringer, refleja la gran influencia que ejerció sobre él Cécile, su mujer en aquella época y nieta del
compositor español Isaac Albéniz. Ella organizó todo para que
Sarkozy llegara al poder y también
hubiese podido acabar con sus ambiciones
si, definitivamente, se hubiera apartado de él cuando el matrimonio comenzó a
romperse, como así sucedió posteriormente. El personaje que representa a
Sarkozy es capaz de utilizar a una esposa
que ya no le quiere, con tal de conseguir votos manteniendo la imagen del
matrimonio ejemplar.
Por detrás y por delante las encuestas, las campañas, los
mítines y el poder de la imagen no sólo
en sentido figurado .Porque ¿qué ocurre
si a un jeque se le ocurre llevar la pesca del salmón a Yemen? Pues que se
convierte en un asunto de estado para el gobierno británico.
Todos los hilos de “La pesca del salmón en Yemen” los mueve la cínica, práctica e irónica jefa de prensa del primer ministro, la excelente Kristin Scott Thomas. Ella convence a cualquiera que se le ponga por delante que construir un lugar donde se puedan trasladar miles de salmones escoceses puede contribuir a mejorar las deterioradas relaciones entre el gobierno de su Majestad y los países del mundo árabe.
“La pesca del salmón en Yemen, dirigida por Lasse Hallström
( “Chocolat”,“Las normas de la casa de la sidra”), consigue tener el tono de
las buenas comedias británicas añadiendo la historia de amor que se establece
entre los dos personajes protagonistas . Ella interpretada por Emily Blunt es
la relaciones públicas y abogada del millonario jeque yemení; él un científico
despistado y falto del sentido del humor es Ewan McGregor . Entre ellos se
establece una tierna relación a medida
que se van implicando en el descabellado
proyecto de llevar el salmón al desierto del Yemen.
En ambas películas están los políticos que no tienen ningún
de reparo en sprintar en bicicleta, como
hace Sarkozy o en coger una caña de pescar, aunque no la hayas utilizado nunca, en el caso de
un ministro británico, cuando se trata
de salir “en la foto”. Son los asesores quienes les aconsejan y mueven
“inteligentemente” los hilos. Esos asesores,mirando para atrás, nos hubiesen
hecho votar a Gundisalvo tal y como nos
propuso el añorado Antonio Mingote.
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