9/28/2023

CERRAR LOS OJOS: EL CINE COMO IMPULSO DE LA MEMORIA

 CERRAR LOS OJOS (España.2023.169’)

DIR.: Víctor Erice

INT.: Manolo Solo, José Coronado,Ana Torrent, María León, Soledad Villamil, Petra Martínez, Mario Pardo, José María Pou, Juan Margallo




En la secuencia final de Cerrar los ojos, una sala destartalada, el cine Lecrin en un  pueblo de Granada, reúne a un puñado de personajes que, en silencio y expectantes, ante lo que nos muestra la pantalla, ven la última secuencia de la película inacabada del director Miguel Garay (excelente Manolo Solo). El rodaje de aquella película de aventuras, “La mirada del adiós” nunca pudo terminarse porque el actor protagonista, Julio Arenas(muy bien también José Coronado) desapareció misteriosamente.

Veintidós años después de aquello Miguel es invitado a un programa de televisión para hablar de su amigo y actor y tratar de encontrar una respuesta a lo que ocurrió. Miguel vive modestamente en un pueblo de Almería, en cabo Gata, en una roulotte, con  su huerto, su perro, y un ordenador donde poder escribir,sobre todo como terapia. Todas las mañanas sale de pesca mientras como le dice su amigo Max (Mario Pardo),un montador que conserva en 16mm buen número de películas, hay que aceptar la vejez y dejar pasar el tiempo, sin esperanza.

Cerrar los ojos no  es un thriller, es un puzzle en que todas las piezas van encajando con  naturalidad siguiendo los pasos que marca el guion. No responde a ninguna moda ni a ningún  género, lleva la impronta de un cineasta diferente capaz de que con tan solo tres películas estrenadas hasta la fecha sea considerado un maestro del séptimo arte.

En  Cerrar los ojos la vejez nos acerca al final del camino pero también la manera de asumir la soledad, la complicidad de los amigos de siempre,los viejos amores pero sobre todo la memoria que nos tramite el cine cuyas imágenes nos hablan de lo que fuimos mientras en paralelo trascurre inexorablemente nuestra vida.

Tras treinta años de silencio en la gran pantalla desde que dirigiera El sol del membrillo tras El Sur y El espíritu de la colmena , Víctor Erice ha dirigido cortos y mediometrajes y alguna videoinstalación, el cineasta vasco nos sumerge en un bello homenaje al cine clásico  y lo hace desde su incondicional fervor como espectador porque, como ha comentado en alguna entrevista, su relación con el  cine es más existencial que profesional.

Es una película dentro de otra película y dentro de ella innumerables homenajes a escritores o cineastas que entendemos han marcado su vida . Stevenson, Borges, Juan Marsé.


De hecho en la primera secuencia de “La mirada del adiós” la película inacabada de Miguel Garay, un filme clásico que nos remite a películas de aventuras en que el héroe(Julio Arenas) debe trasladarse a Shanghái para encontrar a la hija de un hombre  (Josep María Pou) que vive en la soledad de un palacete “Triste-Le-Roy”. El personaje que interpreta Pou ve próxima la muerte y quiera verla por última vez. El héroe (Julio Arenas)debe trasladarse a la ciudad china para tratar de encontrarla. Pero también nos remite a “La promesa de Shanghái”

la frustrada adaptación de Erice de la novela de Marsé, “El embrujo de Shanghái” que finalmente llevaría a la pantalla Fernando Trueba.

Marsé aparece también en la Cuesta de Moyano, la cuesta de los libreros madrileños,  donde Miguel adquiere su novela “La caligrafía de los sueños” y también aparece el Prado, donde la hija de Julio (Ana Torrent), trabaja de guía y algunas secuencias que siempre quedarán en la memoria como cuando encalan una fachada al mismo tiempo que las sábanas blancas se mecen por el viento o en momentos en que los personajes que van surgiendo tararean Caminito o en la quietud de la noche cantan “My rifle, my pony and me”, la canción de Río Bravo de Howard Hawks.

Referencias a los Lumiere, como constatación de la pasión que siempre ha sentido Erice por el cine mudo o el guiño Dreyer  y la falta de milagros en el cien desde que él dejó de existir son otras de las referencias y homenajes a quienes hicieron posible este viejo y maravilloso arte que es el cine.

Cerrar los ojos es emotiva y conmovedora pero creo que deja la nostalgia para otra ocasión. Cerremos los ojos, como hace José Coronado(Julio Arenas) y dejémonos llevar por la magia de la pantalla que guarda nuestra memoria. 



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