EL COJO DEL GREEN

La calle del "Pacífico"



Estaba yo, en mi paseo diario, a buen ritmo, rayando con la actividad deportiva, pasadas las ocho de la tarde, cuando mis pasos se encaminaron hacia la calle de Núñez de Balboa donde un centenar de personas iban calentando el ambiente con gritos de “gobierno dimisión” y “libertad”. Por la calle del descubridor del Pacífico y por las aledañas bajan otras personas, algunas en grupo, con cacerolas incluidas, alentados desde algunos pisos y eso sí, todo tipo de enseñas nacionales para recordarnos que ellos eran españoles, los únicos españoles posibles. En mi caminar oí a una vecina dirigiéndose a uno de los manifestantes, diciéndole, “tu no metas”, y al otro, enfervorizado, diciéndole que no podía permitirse que nos siguiesen teniendo secuestrados que había que terminar con el Estado de Alarma.



En el barrio de Salamanca, en la llamada zona nacional o la milla de oro solo el siete por ciento no ha votado a los partidos de derecha, incluido Ciudadanos. Los de “Vox” y el “PP” campan a sus anchas y creen que la calle es suya. Tan suya como el derecho a manifestarse, algo que no pongo en duda pero, si el que no guarden las distancias como hacemos los “otros” españoles”, los que tenemos un espíritu cívico y solidario con los demás; los que seguramente no han gozado del espacio que la mayoría de los allí congregados, tienen en sus pisos; los que estamos cansados, como ellos de llevar dos meses enclaustrados ; los que seguimos, con esperanza la desescalada; los que sabemos que el gobierno no es perfecto y que ha cometido fallos pero ni más ni menos que el resto de los dirigentes, de los países de nuestro entorno.También que ningún gobierno sería tan irresponsable de pedir el confinamiento si no fuese necesario y la única razón es que hay un virus desconocido moviéndose a sus anchas. Haciendo que millones de personas hayan enfermado en todo el mundo y que los muertos sigan sobrecogiéndonos cada día. No es un capricho político, es una emergencia sanitaria, porque por encima de la economía que nos preocupa, como no nos va a preocupar, está la salud de todos.







Se lo diría al “cojo del green”, emulo del “cojo Manteca” que en las revueltas estudiantiles de los ochenta destrozaba a muletazos todo lo que encontraba a su paso. El de ayer, en Núñez de Balboa, golpeaba con saña algunas señales para que se le oyese más. Pero no era una muleta, era un palo de golf que, espero estuviese deteriorado, porque valen una “pasta”. Supongo que pegaría fuerte porque quería acabar con el virus, estaba cabreado por lo de Ayuso o porque su libertad tenía “ira”.



Solo le digo, les digo, abandonad el odio y respetad a quienes somos españoles sin necesidad de que los símbolos ayuden a dividir. Vuestras manifestaciones, sin guardar las distancias, son una invitación a que el virus no nos deje. Y muchos, de verdad, querríamos dejar atrás esta etapa que nos ha tocado vivir.