2/27/2024

PLACAS DE MADRID(3): Ramón María del Valle Inclán

 


Ramón María del Valle Inclán. (Villagarcía de Arosa 1866-Santiago de Compostela,1936)




Por esta puerta entraba y salía D. Ramón María del Valle Inclán los años en que vivió en Madrid. Encuentro la casa en uno de mis habituales caminatas por la ciudad. Es una calle que tomo con frecuencia, General Oraá, pero es una de las primeras veces que desciendo por este tramo que conduce a Hermanos Bécquer. D. Ramón no podía saber que años después  vivirían a pocos metros de su casa Carmencita Franco y el que fuera presidente del gobierno franquista, Luis Carrero Blanco. No, no podía saberlo. Hubiesen aumentado su nómina de personajes esperpénticos y se habrían confundido con Max Estrella o Tirano Banderas


Leo en la placa blanca sobre pared blanca que es la Sociedad General de Autores la que hace inmortal al creador de Luces de Bohemia o Divinas Palabras. Valle acompañado del Marqués de Bradomín debía abrir esa señorial puerta de madera del número 9, para caminar hacia la Castellana y tomar un tranvía que le acercara a Sol y acudir a sus tertulias. Lo haría con su bastón y por supuesto su barba quevedesca que, con el tiempo, escribió Rubén Darío, se iría alargando como la de un chivo. Vestía capa, larga bufanda ,sombrero y polainas blancas   Subiría al tranvía apoyándose en su único brazo, el otro lo perdió en una de sus trifulcas, y  haría bullir en su cabeza historias para ser contadas 



En la Puerta del Sol nº 1 estaba el Café de la Montaña, antes Café Imperial , y en su interior tuvo lugar la disputa con el periodista Manuel Bueno que conllevó que acabara perdiendo su brazo izquierdo. En ese café o en el de  Levante, Valle Inclán departía con otros miembros de la Generación del 98 o discutía sin el más mínimo rubor en plena Carrera de San Jerónimo con Unamuno y Pío Baroja, en un encuentro que acabó en insultos y gritos.
Hoy, donde estuvo el Café de la Montaña, el bajo del Hotel París, hay una gran tienda de Apple y al, parecer están haciendo obras porque  la placa que indica que Valle estuvo allí, está encajonada y pasa desapercibida.




Habrá que acercarse hasta el Paseo de Recoletos y detenerse ante la estatua del novelista, dramaturgo y poeta para apreciar de cerca a un autor genial, nuestro dramaturgo más  destacado del siglo XX, junto a Lorca  y  representante, como ningún otro, del espíritu bohemio y de una cierta anarquía. Yo escribo-decía- en forma escénica, dialogando, casi siempre. Pero no me preocupa que las obras puedan ser o no representadas. Escribo de esta manera porque me gusta mucho, porque es la forma literaria mejor, más serena y más impasible de conducir la acción"


 

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