PLACAS (1)
Caminando por las calles de la ciudad , sorteando el
tráfico y las prisas, la vista se detiene de cuando en cuando en los edificios que
subrayan su belleza sobre los demás. Esas casas de un Madrid que invita a mirar para
arriba y descubrir la belleza de balcones o cúpulas construidas muchos años
atrás. Casas que moraron miles de seres anónimos que vivieron su vida, para dar
paso a los siguientes y así generación tras generación. Algunas fachadas son diferentes. Muestran una
placa que el caminante se detiene para leer quién moró en ese edificio.
Tiene un nombre y un poeta : Federico García Lorca. Desde esa casa viajó a Granada y a la muerte. En esa casa lloraría por la muerte de Sánchez Mejías o construiría a Yerma o Bernarda Alba., que haría inmortales
Escribiría durante la noche en el silencio de unas calles adormecidas que no sabían que, muy pronto iban a vivir en medio el horror del ruido.
Cuando Lorca marchó a Granada no estaba el local que alberga un banco, ni tampoco otro local mucho más acorde, la Casa del Libro donde sus obras se guardan a la espera de lector.
Si Lorca viviera solo serían unos pasos los que le separarían de la librería, del canto de los libros.
A Lorca lo tenemos muy cerca, tan cerca que es universal. Una placa dice que vivió ahí. No muy lejos a unos quinientos metros estuvo otro poeta que se trató con Lorca. También la Guerra lo hizo morir. Lo contaré.
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