2/03/2022

"DRIVE MY CAR" o CONDUCIR NUESTRA PROPIA EXISTENCIA

 


DRIVE MY CAR (179’) es una de las películas de la temporada y firme candidata al Oscar en lengua no inglesa. Ryusuke Hamaguchi (“La ruleta de la fortuna y las fantasías”), su director, narra como un afamado director y actor de teatro, tras perder a su mujer, acepta una residencia de varias semanas en HIroshima para llevar a cabo un montaje de Tío Vania de Chejov, mientras enfrenta a los fantasmas de su pasado , la muerte de su mujer y anteriormente su hija de cuatro años.

“Drive my car basada en un relato corto de Haruki Marukami , no solo habla de la pérdida sino de la incomunicación , la soledad o el desarraigo, tomando como vínculo  el Tío Vania de Chejov.  

El personaje central Yasuke (Hidetoshi Nishijima)  llega a Hiroshima con su viejo coche, un saab con cerca de 20 años de antigüedad que solo conduce él.  Es un coche que le une con el pasado y en el que escucha la voz de su mujer muerta, repasando los textos de Chejov, mientras conduce. Cuando los responsables del centro donde va a preparar la representación de la obra le exigen que durante su estancia no conduzca él y sea un conductor quien le traslade de un lugar a otro, Yasuke no se muestra muy dispuesto y menos cuando una joven de 23 años, Misaki (Toko Miura) será la que conduzca.

No obstante, entre ellos va surgiendo una gran complicidad tanto en los silencios como en los pequeños diálogos que van entablando. A ambos les une la pérdida y la culpa que van desgranando en el interior de ese pequeño habitáculo que es el coche.

Durante esos trayectos y esa complicidad que va surgiendo entre la joven y el director, Yasuke era confeccionando la representación de la obra, elegirá a los actores para los distintos papeles o aprenderá de sus propios errores, porque como se dice en la película “para conocer el alma de los demás antes tenemos que conocer la nuestra”.

Tío Vania vincula a los personajes protagonistas con su propia existencia y cómo podemos saltar las barreras de la incomunicación y entregarnos a través del arte. Los actores de la obra proceden cada uno de países diferentes, incluso hay una actriz muda, lo que nos da a entender que la comunicación entre los seres humanos siempre es posible, aunque falten las palabras.

“Drive my car” tiene un tono alegórico y poético en una ciudad mártir , Hiroshima, que también debe dejar atrás su pasado. Aunque muy diferente, esa relación entre conductor y pasajero la hemos visto ya en cine con títulos como “Geen book” o “Paseando a Miss Daisy” pero la película de Hamaguchi refrenda a un director que puede convertirse en uno de los grandes.

Ojo no hay que asustarse por la duración, 179 minutos, porque es una de esas películas que siempre podrás recordar.

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