El alemán Roland Emmerich es un especialista en el cine de
catástrofes con títulos como “Independence Day”; “2012” o “El día de
mañana” y “Moonfall” no se desvía de esta línea.
En esta ocasión la posible destrucción de la Tierra tiene su
origen en la Luna que está fuera de orbita y acabará estrellándose, en miles de
fragmentos ,a lo largo y ancho del planeta. La película comienza con un
accidente en una nave espacial en el que fallece uno de los tres tripulantes.
Brian( Patrick Wilson),el jefe de la misión, es considerado culpable y expulsado de la
NASA.
Diez años después la Tierra se ve amenazada por la luna y Jo
(Halle Berry), su antigua compañera en la misión que le pasó factura, y que
ahora está al frente de la NASA, solicita su ayuda para intentar frenar al
satélite. A ellos se une un friki, KC (John Bradley) que sabe más del tema que
cualquier científico.
Ocurre que la Luna no es el satélite que creíamos y que,
además, todos los parabienes de la inteligencia artificial pueden volverse
contra nosotros. Un guion y una historia un tanto endeble que se potencia en
los tres héroes capaces de todo con tal de salvar a la humanidad frente al
militarismo que, de forma irracional, pretende utilizar armamento nuclear para
detener a la Luna.”Moonfall” tiene comportamientos y diálogos previsibles y eso
sí fuegos artificiales por doquier. Los efectos especiales van a atraer como un
imán a los seguidores de la ciencia ficción, un género que cada vez miramos con
más preocupación porque demasiados cuestiones anunciadas se han convertido en
realidad, aunque Emmerich, aquí, muestra demasiada inventiva. La producción y no es ficción es de Estados Unidos y China
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