Si Berlanga, del que este año se cumple el centenario de su nacimiento, es uno de los referentes de nuestro cine, otro tanto hay que decir de Federico Fellini que, en Italia sigue siendo uno de los máximos representantes de la cinematografía del país alpino y del que, en 2020 se cumplieron los cien años de su nacimiento.
Ambos
representan la esencia del cine mediterráneo, uno retratando a los españoles y
el otro a los italianos como ningún otro director. Parafraseando uno de sus
títulos más famosos, “Giulietta de los espíritus” se estrena en unos días, en España “Fellini de
los espíritus”, un documental que ahonda en el carácter mágico de la obra del
director italiano y la influencia que tuvieron cuestiones esotéricas, como el
tarot, sesiones espiritistas u otras disciplinas como el psicoanálisis y en
particular los sueños, ese mundo onírico que tanto aparece en su cine.
La película,
junto a imágenes de archivo, recoge opiniones de todo tipo tanto desde el punto
de vista de su obra como del más personal, aunque uno no puede entenderse sin el
otro . Hay una famosa médium italiana, amiga del cineasta, quién afirma que
Fellini tenía poderes, que “era un mago solo fijándose en sus ojos, en su
mirada y en sus propias películas”. Afirma que “sabía leer a la gente”.
Pero
Fellini, como todo gran creador no contentaba a nadie, era un espíritu libre
que abominaba de la política italiana y de las ideologías, pero en su cine retrataba
como ningún otro a los más desfavorecidos o discriminados. “La Strada” levantó
una ola de críticas de la prensa italiana de izquierdas nada receptiva al
sentido del humor de Fellini y a que tratase cuestiones esenciales de la vida,
de manera liviana.
“Fellini de los
espíritus”, es uno de esos trabajos que ayudan a conocer personajes esenciales
de nuestro tiempo porque hay muchos datos desconocidos para el gran público.
Era, como Berlanga, un amante de su país y de sus gentes y por eso, no le
gustaba viajar fuera de las fronteras italianas porque “regresaba a Roma con
ideas inútiles, que no le valían para construir nuevas obras. Es otra de mis
limitaciones”, le contaba en una vieja de grabación de archivo a Joaquín Soler
Serrano, en “A fondo”, aquel mítico programa de TVE.
El caso es
que limitaciones o no, su filmografía es de las que perviven. Sus películas
están llenas de magia, construidas en su mundo onírico, aunque aceptase la
realidad y al mismo tiempo se burlara de ella.
Uno de los
entrevistados en el documental recuerda que cuando murió, el 2 de noviembre de
1993,al regreso del velatorio, tarareo en el metro la música de Nino Rota, esencial
en todas las películas de Fellini y las personas que había en el vagón se
volvieron hacia él. La humanidad, concluye, se siente unida a través de figuras
como Federico Fellini
(PUBLICADO EN LA VOZ.18-1-21)
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