
“La vida de PI”, de Ang Lee,
uno de los directores más premiados en la actualidad, es un cuento fantástico,
rozando lo que se llamó en literatura,realismo mágico, que nos habla de naturaleza, conocimientos
y Dios.
Es una película religiosa con
forma de cine de aventuras. Un filme en que la idea de un ser superior, que
puede ser el representante de cualquier religión o de ninguna en particular,
mueve nuestros hilos. El protagonista, una vez naufraga el barco y se ve en
mitad del océano, de la nada, no deja de
sorprenderse ante la belleza de su alrededor; la crueldad de la naturaleza y
los pequeños detalles de su pasado…
Los 227 días que pasa en el mar
solo son posibles gracias a la
existencia de Dios, que fortalece su espíritu y le hace ser fuerte ante la situación
que está viviendo. Una actitud que contrasta con las enseñanzas de su padre
quién, en su infancia, le había dicho que no se dejase engañar por la
luminosidad de las religiones, porque son oscuridad.
Es un cuento, una fábula, una metáfora sobre el
mundo que vivimos basada en la novela del canadiense Yann Martel ( Destino) que
se ha colado con once nominaciones a los óscar y es la máxima favorita junto a
Lincoln. La vida Pi, me
acerca al Ang Lee más intimista y poético, como el de “Sentido y sensibilidad”,
pero con todos los elementos fantásticos de “Tigre o dragón” y “Hulk”.
Yo me quedo con su cine pequeño, el que
todavía no hacía en Hollywood , donde narraba historias
bellas, conmovedoras y poéticas ,que no adolecían de humor, como “Comer,beber
y amar”.
En cuanto a “Bestias del sur
salvaje”, su propio título encierra poesía. Es un filme, como “La vida de
Pi”, apocalíptico y en el que el agua, la naturaleza, juega una
papel determinante. Ganó en Sundance y tuvo varios premios en Cannes, y ahora
se ha colado en la gran final del 24 de febrero, con cuatro candidaturas.
El guionista y director Ben Zeitlin
cuenta como una tormenta está a punto de arrasar el orden natural de una zona
pantanosa, en la que vive una pequeña comunidad que busca mantener su
independencia respecto a la sociedad actual. Hushpuppy es la pequeña heroína
que narra la historia. En el intento desesperado de que su mundo no se hunda y
salvar a su padre, alcohólico pero también independiente, debe aprender a
sobrevivir.
Las aguas van a subir, los
animales salvajes de tiempo pretéritos retornan de sus tumbas y en el sur todos
los diques se hunden. Nadie quiere saber de esa comunidad si no aceptan las reglas del otro lado del
dique… El tono metafórico del filme nos hace recordar Nueva Orleans y la desolación y muerte que produjo el Katrina. Es una película diferente y fantástica que, en
ocasiones, resulta demasiado lenta y cadenciosa y que a mi juicio, no debería optar a los óscar
de dirección o mejor actriz si se hubiesen instaurado las categorías de
dirección novel y actriz revelación.
En ese apartado le doy la razón a los Goya
que si distinguen entre profesionales con una larga trayectoria y aquellos que comienzan
su carrera como la excelente niña, Quvenzhané Wallis ,que interpreta el papel protagonista en “Bestias
del sur salvaje”.
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