10/05/2011

DOS GUERRAS CIVILES VISTAS POR EL CINE


Danis Tanovic es un joven realizador bosnio que ganó el oscar a la mejor película extranjera hace unos años por “En tierra de nadie”. Aquella fábula sobre la guerra en la antigua Yugoslavia le abrió las puertas del cine internacional pero su carrera ha sido bastante irregular con títulos como” El infierno” y “Triage”. Ahora ha vuelto a su mundo, es decir, ha vuelto a mirar la tragedia que vivió su país en “Cirkus Columbia”, una tragicomedia coral ambientada en un pueblecito de Bosnia-Herzegovina en 1991, justo cuando estaba a punto de comenzar la guerra. Aquella barbarie que asoló  a la antigua Yugoslavia ha sido llevada al cine por realizadores nacidos en la región o ha traspasado fronteras siendo objetivo de las cámaras europeas o estadounidenses. De alguna manera se ha contado el horror de aquella  guerra que tocaba las puertas de la Europa comunitaria que,sin embargo, miró con indiferencia lo que ocurría en suelo yugoslavo. Tuvieron que ser miles los muertos para que la comunidad internacional reaccionara ante  aquella masacre.
A pesar  de aquellos terribles acontecimientos el cine de los cineastas bosnios, serbios o croatas ha sabido desdramatizar algunas situaciones y ha buscado la ironía y el humor como ha ocurrido con Danis Tanovic o Emir Kusturica.
Todavía recuerdo algunas críticas feroces contra “La vaquilla”, la película de Luis García Berlanga que muchos años después de ser ideada y prohibida por la censura , consiguió filmar el genial cineasta valenciano. Viene esto a cuento porque este lunes se cumple el 75º aniversario del inicio de la guerra Civil y han sido más de un centenar  las películas que se han hecho sobre aquella contienda pero, casi todas ,han mostrado un tono partidista y se han decantado por uno u otro bando.
“La vaquilla” fue una excepción, quizá junto a otros títulos como “Biba la banda”. La película de Berlanga, medio siglo después del inicio de la guerra, intentó desdramatizar el conflicto, buscando un lado más humano, con personajes caricariturizados pero tratados con ternura, como todos los creados por él , con situaciones de humor y diálogos llenos de ironía. La película, ya digo, tuvo feroces críticas de los talibanes de la cultura y no cultura y no se apreció la reconciliación que trasmitía; el esfuerzo por aunar a las dos Españas y aquella guerra cainita que abrió una brecha todavía no cerrada.
La imagen final con la vaquilla en tierra de nadie, muerta por la intransigencia y el odio  de  unos y otros es la que guardo de aquella película del maestro Berlanga que fue capaz de hacernos reír relatándonos situaciones límites como había hecho antes con la pena de muerte y “El verdugo”.
No hablo de la posguerra y del exilio que sufrieron miles de españoles  pero si de ser capaces de desdramatizar, a través del cine, aquellos tres terribles años que tiñeron de sangre nuestro suelo . Ocurrieron hace setenta y cinco años. En la antigua Yugoslavia vivieron su tragedia hace apenas, quince años, y son capaces de narrarla aunando la tragedia y la comedia.

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