DONDE
ACABA LA MEMORIA (63’)
DIR:
Pablo Romero-Fresco
DOCUMENTAL
Ian Gibson
es memoria. “Sin ella, -dice el propio
hispanista irlandés-, no somos nada”.El documental “Donde acaba la memoria”
es un repaso a la vida y a las pasiones de Gibson y la constatación de que el
escritor continúa activo a sus ochenta y tres años.
Se recogen
las opiniones de los hurdanos actuales y algunos son críticos con la película
de Buñuel, pero en el fondo hay un reconocimiento a la difusión universal que
hizo la película de la región. Hoy está muy lejos de aquellas imágenes que
impactaron a todo al que viera la película, a una zona de España olvidada, con
sus habitantes viviendo de forma miserable, en unas condiciones terribles.
Gibson que
recuerda sus libros sobre Lorca, Dalí y Buñuel, dice de este último que ya ha
escrito el primer tomo pero que debe ser otro el que continúe con el siguiente.
Lo dice con su humor e ironía habitual, con el acento irlandés nunca perdido,
pero con la retranca madrileña, española de un hombre que lleva más de media
vida en España, en las trece casas en las que ha vivido y que ahora le sitúan
en el barrio de Lavapiés. En su viaje por las Hurdes recuerda los orígenes de
Buñuel ,la amistad en la residencia con Lorca y Dalí y como le impactó “Las
tres luces”, de Fritz Lang que definitivamente le llevó al cine.
El
historiador cinematográfico Román Gubern recuerda que, por ejemplo, Buñuel era
contrario a las Misiones Pedagógicas de la II República porque consideraba que
“no había que educar a los pobres, sino que había que dinamitar a la burguesía”.
Con un
metraje de poco más de una hora en “Donde acaba la memoria” se detiene
también en la vida de Ian Gibson, en el apoyo de su mujer de la que dice que
sin ella nada hubiese sido posible porque ha dado estabilidad a la familia.
También habla de su familia en Dublín, de sus padres, de su hermano mayor homosexual,
en unos años en que esa condición sexual era perseguida en cualquier parte del
mundo. Dice Gibson que, de alguna forma, su hermano le ayudó a entender a
Lorca.
Gibson ha
vivido de su trabajo, de la investigación y del entusiasmo que siente por
España. Dice que España le ha ayudado a ser más libre y que siempre la ha
sorprendido las ganas de vivir que tienen los españoles.
Por eso
quizá Ian Gibson es previsor y contribuyó a la creación del Centro de Estudios
Lorquianos en Fuentevaqueros donde periódicamente lleva libros y documentos relacionados
con su admirado Federico García Lorca. Ahí
se siente sereno ,sabedor de que cada vez está más cerca el final. “Si me
recuerdan-dice Ian Gibson- que sea por mis libros”.
“Donde
acaba la memoria” seguro que ayuda a que el tiempo no la borre, y sobre
todo nos permita admirar la imperecedera bonhomía de un irlandés que se enamoró
de España y los españoles.
RECOMENDABLE
No hay comentarios:
Publicar un comentario