El Poder del Perro,12 nominaciones
No sé si hay crisis creativa o no, pero de las diez películas que compiten por los Óscar el próximo domingo, veintisiete de marzo, tres son remakes, otra es una versión norteamericana de una película francesa y solo cuatro nacen de un guion original. Vamos que eso de la imaginación al poder no cuadra con Hollywood.
“West Side Story”, “Dune” y “El callejón de las almas
perdidas” son buenas películas, no cabe duda, pero la verdad no se que
aportan respecto a las originales. La única lectura que puedo encontrar a los
trabajos de Steven Spielberg, Denis Villeneuve y Guillermo del Toro es que consideren
que sus “remakes” contribuyen a poner al día, para las nuevas generaciones, aquellas
tres películas realizadas cada una en décadas diferentes del siglo pasado.
Quizá, pero sigo apostando por las originales.
Es lo mismo que me ocurre con “Coda”, una película
que se ve bien pero que considero innecesaria porque la original es una cinta
francesa, “La familia Bélier” que cumplió de sobra su cometido y
seguramente con un presupuesto infinitamente inferior a la actual.
Tanto las notables “Drive My Car” y “El poder del perro” nacen de obras
literarias . La primera de un texto de Muramaki y la segunda de una novela
del estadounidense Thomas Savage, por lo
que solamente cuatro títulos han nacido de la imaginación y sobre todo de la
memoria porque tanto “Licorice Pizza” como “Belfast” contienen recuerdos y
experiencias de los directores que son también los autores de sus respectivos
guiones, La primera, que firma Paul
Thomas Anderson reúne todo el genuino sabor americano de los años ochenta y no
deja de ser un homenaje al cine “indie” de aquella década. La segunda “Belfast”
es la que me ha gustado más de todas las nominadas, pero si me detengo a pensar
considero que recurre a la fórmula de Alfonso Cuarón que hace pocos años ganó
el Oscar por “Roma” en que buceaba en su memoria para construir un
maravilloso relato de su infancia en México. “Belfast”, del irlandés
Kenneth Branagh, también rodada en blanco y negro como “Roma”, nos lleva a los violentos años sesenta en
Irlanda del Norte, a través de la mirada de un niño que observa sorprendido
como se va desmoronando su mundo.
Finalmente, entre las diez candidatas tenemos “El método Williams” ,una de esas películas que hablan de superación y sobre todo de empecinamiento del padre de las tenistas Venus y Serena Williams, Richard, que desde que eran muy pequeñas estableció unas reglas estrictas encaminadas a que se convirtieran, con los años, en estrellas mundiales del tenis, como así sucedió. Will Smith el protagonista tiene todas las papeletas para llevarse el Óscar de mejor actor y cualquier otro ganador, incluyendo a Javier Bardem, sería una sorpresa .Lo mismo ocurre con Penélope Cruz, otra de nuestros cuatro representantes en la noche del cine que lo tiene muy difícil ante candidatas como Kristen Stewart y su recreación del personaje de Diana de Gales en “Spencer”. En cuanto a “No mires para arriba” ,una sátira política con un puñado de estrellas de Hollywood en el reparto, ha bajado sus expectativas. Es una película que antes llamaríamos de ciencia ficción hoy la pandemia y las guerras nos la hacen mucho más real.
En lo que a la presencia española se refiere, aparte de
Bardem y Penélope, Alberto Iglesias por “Madres paralelas” vuelve a ser candidato
a la mejor banda sonora y nadie va a dudar a estas alturas del altísimo nivel
del compositor vasco que ha sido nominado en otras tres ocasiones a los Óscar y
guarda en sus vitrinas once premios Goya. A ver si a la cuarta va la vencida y
en cambio a la primera, Alberto Mielgo con “El limpiaparabrisas” es
capaz de ganar el Óscar al mejor corto de animación. Y es que la creatividad,
la imaginación del Hollywood de hoy se guarda en frascos pequeños.
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