Verónica Forqué en una imagen .de los noventa
Conocí a Verónica Forqué cuando sus actuaciones eran sinónimo de éxito. Tuve la suerte de entrevistarla en diversas ocasiones y que participara como jurado en el Premio de Teatro “El Ojo Crítico”, cuando yo dirigía el programa. Siempre me `pareció una mujer próxima y afable, tanto o más que los papeles inolvidables que interpretaba en los ochenta y los noventa en películas como “La vida alegre”, “Moros y cristianos”, “Kika”, o “El año de las luces” que significaron los cuatro Goya de su carrera.
Colomo, Berlanga, Almodóvar, Fernando Trueba fueron testigos
de su talento como también algunos de sus compañeros de reparto, en especial Antonio
Resines y Jorge Sanz con los que compartió varios protagonismos.
La comedia española ganó enteros con su presencia, por su
particular tono de voz y un rostro nada convencional, con unos grandes ojos verdes
que siempre parecían reír.
Llevaba años sufriendo una profunda depresión y la alegría se
le había borrado de la cara. Perdió aquella espontaneidad que parecía
acompañarle permanentemente y quienes siguieron master chef fueron testigos de
su desazón y como se retiró por el stress que le producía su participación en
el programa.
Su muerte, se ha producido tan solo unas horas después de
que se celebrase la gala de los Premio Forqué, instituidos en honor de su
padre, el productor José María Forqué que, en su faceta de director nos dejó
una de las mejores comedias de la historia de nuestro cine: “Atraco a las tres”.
Ella fue una más que digna hija que elevó la comedia
española a niveles muy altos .No se puede hablar de cine español sin Verónica
Forqué
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