12/17/2021
A VUELTAS CON LA LIBERTAD. Almudena y Verónica
Foto de LA VOZ DIGITAL
Foto de DIARIO SUR
Le sigo dando vueltas a si la libertad es tomarse cuatro cañas o quitarse la mascarilla en plena subida de la pandemia.
Le sigo dando vuelta a si la libertad es tomarse esas cañas en la barra o al aire libre.
Le sigo dando vueltas si la libertad es celebrar multitudinarias cenas de Navidad o simplemente no vacunarse porque no nos dé la gana.
Le sigo dando vueltas si la libertad es insultar, convertir el Congreso en un escenario tabernario.
Le sigo dando vueltas a si la libertad es jugar a las cinco lobitos para decir que no son cuatro si no cinco pisos los que no ha pagado porque…adivináis… no le dio la gana
Le sigo dando vueltas si la libertad es atacar al que es diferente y solicitar una vivienda digna para los españoles, solo para los españoles.
Le sigo dando vueltas a si la libertad es menoscabar a Almudena Grandes por ser de izquierdas.
Le sigo dando vueltas si la libertad es bombardear las redes y los medios para señalar que Verónica Forqué se ha suicidado, nada más conocerse su muerte.
Libertad es haber leído a Almudena Grandes o haber visto las actuaciones de Verónica Forqué.
Libertad es sentir el mar de Cádiz como nos lo contó Almudena en “Los aires difíciles” · o ese Mediterráneo ibicenco de Verónica en “El tiempo de la felicidad”.
Ambas nos trasmitieron el tiempo de la felicidad porque hicieron que millones de personas fuesen felices con sus libros y sus películas. Nos trasladaron a su imaginario, a ese maravilloso mundo que ayuda a soñar , que ayuda a conocer, que ayuda a saber… Las dos forman parte de nosotros, de mi generación y de las anteriores y posteriores porque ambas son memoria como la que nos trasmitió Almudena en muchas de sus novelas o Verónica en sus interpretaciones que siempre estarán a un clic para ser vistas.
La Almudena que cantó a Madrid no puede ser hija adoptiva por ser roja.
Verónica, con discreta presencia en los medios durante su toda carrera, es objeto de tertulias y debates sobre cómo se quitó la vida.
Esa es la libertad que propugnan los mediocres y los carroñeros, la libertad que sale de bocas que nunca la gritaron cuando Madrid era una ciudad de un millón de cadáveres.
La libertad es despedir a tu compañera con un poema, un libro o despedir a la amiga en el teatro donde nos hizo sentir..
La libertad es recordar sus sonrisas o sus lágrimas ,todo aquello que nos trasmitieron.
Almudena o Verónica no necesitan ser hijas adoptivas de políticos mediocres, son hijas del pueblo, de todos nosotros, de quienes hacemos nuestras sus novelas o sus películas.
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