No voy a
poner en duda las veinte nominaciones a “El buen patrón”, la película de
Fernando León de Aranoa, porque es una película que me gusta mucho y con la que
he tenido ocasión de sonreír que, ya es bastante en estos tiempos convulsos que
nos ha tocado vivir. Pero si plantearme por qué esa cifra me resulta un tanto excesiva
en detrimento de otras producciones independientes que no pueden asomar ni un
pie por la puerta.
Es sabido
que las multinacionales estadounidenses dominan Las taquillas de todo el mundo,
a excepción, seguramente, de Francia que es bastante proteccionista con su
cinematografía .Las películas que distribuyen juegan con ventaja porque detrás
de la calidad o no de la cinta hay un fuerte soporte y una promoción que allana
la mitad del camino. Semanas antes de un estreno ya somos conscientes de que “Encanto”,
“Los Cazafantasmas” o la nueva versión de “West Side Story”, de Spielberg
llegarán a las salas de todo el país y seguro que encabezan las taquillas.
Lo mismo
ocurre con “El buen patrón” o “Madres paralelas”(8 candidaturas) que han
contado con una promoción publicitaria adecuada para que la gente acuda al cine,
para que se hable de ellas y que cuando miremos nuestras opciones de cartelera
sepamos que son las películas que tenemos que ver. Estos títulos si estarán en
toda España y no se limitarán a las grandes ciudades. Siempre hay un rincón
para que las multinacionales estrenen sus títulos cerrando la puerta al cine
independiente que se cuela con calzador en las grandes citas cinematográficas
del año. Puede ser en esta edición “Libertad”, la ópera prima de Clara
Roquet que ha entrado con seis nominaciones en la gran gala del 12 de febrero
en Valencia. No estará, sin embargo, la inclasificable película valenciana, “Espíritu
sagrado” con humor de lo absurdo y un giro de guion que nos lleva por
derroteros que no intuíamos; ni tampoco las historias de tres fontaneros en “Seis
días corrientes”, en un tipo de cine social que no renuncia al humor, o “Las
Flores rotas”, de Jim Jarmush, versión española, en que “¿Qué hicimos
mal?
Hay un tipo
de cine español que continúa siendo invisible para los académicos , seguramente
porque no lo ven tanto en sentido literal como figurado. Son películas, sin embargo,
que han obtenido premios en festivales como Locarno, Rotterdam o Valladolid y
que pasan desapercibidas ,sin la más mínima opción. Si hay una España vaciada
también hay un cine olvidado que cuesta mucho trabajo y mucho esfuerzo llevar
adelante para que en este país nadie sea capaz de reconocerlo.
PUBLICADO EN LA VOZ ( 6-12-21)
No hay comentarios:
Publicar un comentario