3/27/2021

Adiós a Bertrand Tavernier. Adiós a un grande del cine.






Hace cuatro o cinco años Bertrand Tavernier nos dejó su legado cinematográfico con un extenso documental en que declaraba su absoluto amor al cine y en particular las grandes películas de directores franceses como Jean Renoir, Jean Vigo o François Truffaut que marcaron su vida y su obra.

“Las películas de mi vida de Bertrand Tavernier”, es todo un ejercicio de sinceridad y de minucioso análisis de aquellos filmes que influyeron en su obra, de una u otra manera. Pero Tavernier que ha fallecido este jueves en Paris ,a los setenta y nueve años, es de por sí uno de los grandes del cine internacional gracias a su compromiso profundamente humanista, cercano a quienes más necesitaban que les dieran voz en la pantalla.

De entre toda su filmografía, “Hoy empieza todo” es la película que más me llegó por la realidad que trasmite, por una historia que habla de zonas “vaciadas”, como ocurre en los lugares más olvidados de España.


“Hoy empieza todo”(1999), relata los esfuerzos por enseñar a niños en una zona devastada por el paro , la pobreza y el abandono. El compromiso del maestro por educar y como, al mismo tiempo .asiste impotente al deterioro de las familias que, llevan los niños a la escuela, ante la inoperancia de las autoridades.



Casi veinte años antes hubo otra película de Tavernier que en este siglo XXI resulta completamente premonitoria. La falta de escrúpulos de algunos medios de comunicación y en particular la televisión, se nos muestra en “La muerte en directo” con una inolvidable Romy Schneider interpretando a una mujer a la que le diagnostican una enfermedad terminal y como un reality televisivo se empeña en rodar sus últimos meses de vida. No sé si estamos muy lejos de aquel filme y si nuestra sociedad no se encamina a mostrarnos situaciones límites, sin el más mínimo escrúpulo.

Tavernier estuvo siempre fuera de tendencias y de modas. Fue un francotirador profundamente libre que tan pronto concebía una historia sobre las dificultades de la adopción y la corrupción en un país asiático , “Pequeña Lola”, como mostraba su espíritu antimilitarista en “La Vida y nada más” y en “Capitán Conan” o la actuación de sus policías en “Ley 627”.

Una filmografía variada en que se identifica a Tavernier como si fuera uno los personajes de sus películas. Todos luchadores, profundamente libres y dispuestos a llevar sus convicciones hasta el final. Junto a estos títulos dos que, también recomiendo sin duda alguna, “Un domingo en el campo”, su particular homenaje a Jean Renoir, y su no escondida pasión por el jazz en “Alrededor de medianoche”. Cine, cine con mayúsculas que nos queda para siempre y nos aproxima a la enorme pasión que Tavernier sentía por él y que también nos demostró en amplios estudios como “Cincuenta años de cine norteamericano” que `publicó en 1993.

Bertrand Tavernier : Adiós a un grande del cine.

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