12/10/2012

EL BOSQUE:Lo fantástico para protegerse de la Guerra Civil





Lo fantástico y la Guerra civil española han encontrado más de un punto en común estos últimos años.
El mexicano Guillermo del Toro nos llevó por sueños y pesadillas primero con “El espinazo del diablo” y posteriormente con la celebrada “El laberinto del fauno”. Incluso Alex de la Iglesia nos introdujo en un mundo surrealista para narrar una historia de dolor, crueldad y muerte en “Balada triste de trompeta”.
El caso es que nos encontramos ante un subgénero que se está renovando porque son más de tres centenares las películas las que se han hecho sobre la Guerra Civil ,aunque buena parte de ellas con objetivos claramente propagandísticos.



“El bosque”, la nueva película del realizador catalán Óscar Aibar ( “Atolladero”,”Platillos volantes”,”El gran Vázquez”,etc) narra los inicios de la guerra civil en una pequeña localidad de la región turolense de Matarraña, lindante con la provincia de Tarragona.
La masía y el paisaje en que se desarrolla la acción son unos personajes más de una historia  en que subyace el odio y las viejas rencillas entre los habitantes del pueblo. El estallido de la Guerra Civil, como en otros muchos pueblos de España, dará paso a la violencia indiscriminada. Ramón (Alex Brandemühl) y su mujer,Dora ( María Molins) viven  junto a su bebé en la masía y aunque no poseen grandes bienes, son odiados por los sectores más radicales de la izquierda en especial por  el “Cojo” (Pere Ponce) ,que siempre deseó a Dora.
Sabiendo que van a ir por él, Ramón decide refugiarse en la maleza de un extraño bosque desde el que emana un fulgor sobrenatural  las noches de San Lorenzo (la más calurosa del año) y la de San Blas (la más fría).De él nadie ha vuelto y nadie del pueblo conoce de su existencia, salvo el propio Ramón y su mujer, Dora.
Basado en uno de los primeros cuentos del escritor Albert Sánchez Piñol  ( “La piel fría”, ”Pandora en el Congo”, etc), “El bosque” reúne elementos de su obra posterior como son , por un lado, la lucha de lo natural  contra lo humano y por otro, el miedo al monstruo, a lo desconocido. Guerra civil y género fantástico en una ambientación rural que acentúa la fuerza del relato. Unos personajes que aman, sufren, desean, odian pero que, sobre todo, luchan por sobrevivir y lo fantástico se convierte en una solución, en una forma de escapar del mal que nos rodea.


Lo real, lo fantástico, ciertos toques de humor  para un filme  que incide en la sinrazón de la violencia y esta vez apuntando a grupos anarquistas, mucho más violentos que miembros de las Brigadas Internacionales ,más próximas en el filme a las ideas comunistas. Recuerdo que  Juan Antonio Bardem, el director de “Calle Mayor” se levantó airado junto a unos amigos ,en los cines Renoir  del Cuatro Caminos madrileño, cuando la proyección de “Tierra y libertad” de Ken Loach, no llevaba más de media hora. Aquella película criticaba abiertamente a los comunistas por su actitud en la Guerra Civil frente a anarquistas y los miembros del POUM. Con “El bosque”, el viejo Bardem, militante comunista hasta su muerte, se hubiese quedado hasta el final.

11/30/2012

LUIS TOSAR Y " OPERACION E"





Luis Tosar es uno de esos actores que no parece un personaje. Lo digo, porque  su presencia en pantalla hace que nos olvidemos de él y nos identifiquemos con su otro yo, el personaje que interpreta con toda  naturalidad  y que hace, por ejemplo, que no pensemos que Luis Tosar no es colombiano porque el acento, el tono que emplea, nos hace pensar que quién nos habla es un colombiano de pura cepa.
Es el caso de “Operación E” en que interpreta a un campesino colombiano que se desplaza por la selva huyendo de los “paras”; se queda aislado, junto a su numerosa familia, en una zona controlada por la guerrilla de las FARC y se ve nuevamente obligado a huir para salvar a un bebé , gravemente enfermo, que le han entregado los terroristas.



                                                            EL DRAMA DE LOS DESPLAZADOS


El auténtico José Crisanto Gómez

“Operación E”, de Miguel Courtois ( “LOBO” y “GAL”) cuenta la historia real del campesino José Crisanto Gómez quién, sin saber la auténtica identidad del  bebé, se vio obligado a cuidarlo. El niño, Emmanuel, era hijo de Clara Rojas y había nacido durante los años de cautiverio que la política colombiana sufrió a manos de la guerrilla. Emmanuel estaba gravemente enfermo y Crisanto, junto a su numerosa familia, tuvo que desplazarse para llevarlo a un hospital .El niño se quedó bajo la custodia del estado, sin que tampoco conocieran su auténtica identidad. Meses después, encontrar al niño, fue una prioridad tanto para las FARC como para el gobierno de Uribe y Crisanto se vió entre dos fuegos.



Clara Rojas y su hijo Emmanuel
“Operación E” es un filme de acción, una película de serie “B”, que resalta la calidad humana del protagonista.  Courtois, antiguo reportero, cuenta la historia de supervivencia de una familia de desplazados, solidarios en la pobreza y  generosos frente a cualquier dificultad. Los valores de esta familia contrastan con la crueldad de los guerrilleros y la frialdad de burócratas, jueces y políticos .Una película que cobra actualidad  ahora que nos encontramos en pleno proceso de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, después de 50 años de secuestros, asesinatos y miles de “desplazados” huyendo de los enfrentamientos armados.El caso de Crisanto es el de uno de esos miles de personas que se han visto obligadas a dejar sus tierras o sus casas y buscar, a causa de la guerra,otros lugares donde vivir,

Luis Tosar y Martina García


Tosar apabulla con su actuación que nos creemos de principio a fin y relega al resto de personajes, entre ellos  Martina García, que interpreta a la mujer de Crisanto, demasiado esbelta y lozana para haber tenido  media docena de hijos en la frondosa selva colombiana.
A veces ocurre que los directores se dejan llevar más por la calidad del actor/actriz para determinado papel que por la idoneidad del personaje que  tienen que interpretar.

11/27/2012

LOS TAVIANI: 163 años de cine.



El festival  de cine de brasileño ha dado paso en  Madrid, al cine italiano. Este pasado fin de semana se inauguró un certamen (22-29 de noviembre) que incluye, con  entrada libre en los cines Verdi o en el Instituto italiano de Cultura, largos y cortos de ficción y  documentales de los más reciente de la cinematografía italiana.
Paolo Taviani habló el viernes del renacer del cine italiano después de unos años en que había perdido su prestigio internacional. El menor de los Taviani (80 años), el mayor Vittorio(83), se quedó en  Roma, protagonizó la rueda de prensa posterior al pase de “César debe morir”, una versión libre del Julio César de Shakespeare , interpretada por  los internos  de la cárcel Rebibbia de Roma, un penal que como otros veinte en Italia, tiene grupos de teatro entre los internos.




En “César debe morir” hay ladrones, asesinos a sueldo, miembros de la Camorra o la Mafia, traficantes de droga pero por encima de todo una interpretación sorprendente y genial.
Contó Paolo Taviani que un joven actor cuando vio la película le dijo : “ he decidido comprar una pistola, matar a alguien y así aprendo a interpretar”
Y es que llama la atención la interpretación de los presos, algunos condenados a cadena perpetua, otros que han aprovechado la experiencia para escribir libros  e incluso, Salvatore “Zazá” Striano que encarna a Bruto ha salido de la cárcel tras un  amnistía general y ahora sustituye a los Taviani en algunos lugares, cuando se trata de promocionar la película.


Paolo Taviani explicó que en la película todo es verdad pero también todo es mentira. Son verdad los presos que al terminar cada ensayo regresan a la soledad de las celdas, algo que lleva a uno de los protagonista a exclamar cuando vuelve a ser encerrado: “Desde que he descubierto la cultura esta celda se ha convertido en una prisión”. Y es mentira esa cultura,el teatro, el cine, que nace de la creatividad del autor y su libertad.

Paolo y Vittorio Taviani recibiendo el oso de oro de la  última Berlinale.


Paolo y Vittorio 163 años, los directores más longevos, mucho más que otros hermanos como los Coen o los Dardanne, siguen mostrando esa vitalidad del creador. “Padre padrone”, “La noche de San Lorenzo”, “El prado” y ahora “César debe morir”. Paolo, en Madrid fue claro:“No concibo la vida sin trabajar y quiero seguir hasta que mi cerebro no dimita”.

11/24/2012

JOSE LUIS BORAU. EL NIÑO GRANDE



Estos últimos años he visto caminar trabajosamente a José Luis Borau por las inmediaciones de su domicilio en  la zona de Capitán Haya , próximo a la Castellana. Su deterioro iba haciéndose evidente. Tiempo atrás tuve muchas ocasiones de conversar con él, en largas entrevistas que hice para Radio Nacional. La última fue, creo, en 2001, a raíz de la presentación de “Leo”, su último largometraje en el festival de Cine Español de Málaga . En aquella ocasión José Luis Borau me comentó que si la llegada masiva de inmigrantes que se estaba produciendo en aquellos años en España, hubiese sucedido tiempo atrás, no hubiera sido necesario irse a Estados Unidos a rodar Río Abajo para contar una historia de los sin papeles.
“Río abajo”, fue un fracaso comercial y causó enormes pérdidas a su productora. La suerte no quiso favorecer al cineasta aragonés  que estaba asentando su carrera después de títulos tan reconocidos por los aficionados al cine como “Hay que matar a B”, “Furtivos”, y “La sabina”.



“Furtivos” fue su mayor éxito y también su mejor película. Aunque la censura en España daba sus últimos coletazos sorprende que este duro drama provincial y pasional fuese capaz de sortearla. Angel (Ovidi Montllor) está atrapado entre dos mujeres, su madre, violenta, cruel y posesiva (Lola Gaos), y una joven escapada de un reformatorio, Milagros (Alicia Sánchez) cuya presencia rompe la monotonía y falsa armonía de la  madre  y el  hijo, en un bosque oscuro y hostil que tiene su propio protagonismo en la película.
“Furtivos” es un  reflejo de la España más profunda y deja en evidencia las miserias de un país que tenía atrasos de toda índole. La España de los años setenta todavía estaba anclada en el pasado.
Con “Tata mía”, con la que recuperó para la pantalla a Imperio Argentina y la serie de televisión “Celia”, basada en las novelas de Elena Fortún,  Borau consiguió resarcirse, en parte, del fracaso de “Rio Abajo” .
Siempre fue un  hombre inquieto y un gran amante del cine y del lenguaje cinematográfico, sobre el que versó su discurso de ingreso en la Academia de la Lengua. El actual presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho le ha definido hace unas horas como el mejor presidente que ha tenido esta institución, cargo que ocupó de 1994 a 1999.  






 Siempre recordaremos su imagen, en la gala de los Goya de 1998, con las manos pintadas de blanco para protestar por los atentados terroristas. Fue siempre un hombre comprometido y generoso, querido por la profesión y maestro de muchos guionistas y directores.
Se ha ido José Luis Borau, nos quedarán, y no es un tópico, esas películas de las que siempre descubriremos algo y sobre toda la Fundación Borau en la que apostó por los más jóvenes y en que pervivan los legados cinematográficos de él y de todos cuantos aman el cine. De esta forma con el buen uso de la Fundación, siempre estará contento “el niño grande”del cine español, como se definía así mismo.

11/23/2012

EL CHEF y la cocina en el cine



El cine y la gastronomía han tenido siempre un buen maridaje .Precisamente, en estos días, se repone  El festín de Babette”, la película dirigida por Gabriel Axel y que al cumplirse el 25 aniversario de su estreno ha sido restaurada. Una pequeña obra maestra.
Tampoco olvido títulos como “Deliciosa Marta”, película alemana que posteriormente tuvo una peor versión en Hollywood; las sensuales “Chocolat” o “Como agua para chocolate” o incluso, para incidir en esa buena relación que mantienen el cine y la buena mesa, recuerdo dos títulos recientes españoles como “Fuera de carta” y “Bon appetit”.


No obstante si hay una película que no deja de ser una orgía del placer gastronómico llevado hasta sus últimas consecuencias  ésta es “La grande bouffe”,  del italiano Marco Ferreri, que tan vinculado estuvo al cine español de los cincuenta. En  “La grande bouffe”, Ferreri  nos preguntaba si no era una buena elección, llegado el ocaso de nuestras vidas, encontrar la muerte disfrutando de los grandes placeres  como son la comida y el sexo.





“El chef. La receta de la felicidad” ópera prima del actor francés Daniel Cohen no puede considerarse una gran película sobre este subgénero, pero  no deja de ser  una sátira que apuesta por la comida tradicional con todas las innovaciones que puedan hacerse frente a la llamada cocina molecular.
Esa es la lectura que me queda de una comedia que comienza bien y que poco a poco va diluyéndose. Hay dos momentos manidos y tópicos  que nos recuerdan a viejas y rancias comedias: La aparición de Santiago Segura, como gran chef español de la cocina molecular, a ritmo flamenco ( ¿va a seguir siendo nuestra única seña de identidad?) y el disfraz de los dos protagonistas, vestidos de japoneses ,  que acuden al  restaurante de París más famoso en ese tipo de cocina, paras espiar sus secretos.
Por lo demás “El chef” es una historia lineal y sencilla en la que Alexandre (Jean Reno) no se entiende con los nuevos responsables del restaurante que quieren sustituirle por un  joven cocinero que triunfa con platos donde nada es lo que parece, vamos que podemos llamarlo callos a la madrileña y ver en el plato una espuma que huele a pescado.

 El caso es que Alexandre está desesperado  porque tiene que presentar la nueva carta de primavera  y si no le gusta a los críticos, perder alguna de las estrellas del restaurante, por lo que, según contrato, perdería su trabajo.
Entonces conoce a Jacky (Michaël Youn), un aficionado a la alta cocina, autodidacta y un gran admirador de la cocina de Alexandre que se convierte en su ayudante y en un auténtico innovador de la cocina.
No tengáis muchas expectativas sobre  El chef”,una película intrascendente,  pero siempre queda la posibilidad de entretenerse durante 90 minutos, sin esperar nada más.