5/01/2024

EL MADRID DE LAS MIL CARAS

 


 

Este Madrid parece variar su sistema de juego siempre que lo considera oportuno. Es impredecible .

Anoche en la semifinal de Champions frente al Bayern de Múnich , tuvo quince o veinte mi8nutgos acorralado por el empuje del equipo alemán. Encerrados, prácticamente en su campo, sin dar atisbos de peligrosidad. Los alemanes disparaban una y otra vez y los córneres se sucedían sin que los blancos dieran señales de vida. A diferencia del partido del City con una defensa de alta intensidad, en Múnich esos veinte primeros minutos fueron un calvario porque perdían balón tras balón y aunque no hubo demasiadas claras ocasiones de gol ,las llegadas de los alemanes se sucedían ante la puerta de Lunin.

Y en eso apareció Kroos. Es difícil que volvamos a ver a un jugador con la visión de juego y su movilidad en el centro del campo como el alemán.  Cogió un balón y se lo filtró a Vinicius que en su cita con Neuer, no falló.  El Bayern no daba crédito ni tampoco el ruidoso y animoso público que llenaba el Alianz Arena que enmudeció. El gol de Vinicius acalló el estadio y el empuje del Bayern.

Ya nada fue igual y el Madrid tomó poco a poco el mando que pareció acrecentarse al inicio de la segunda parte donde los blancos se hicieron con el control del partido y a punto estuvieron de marcar el segundo gol con un disparo del omnipresente Kroos que sacó Neuer con una gran parada.

El Madrid jugaba plácidamente hasta que el Bayern tuvo diez minutos de vértigo lo que    supuso el empate y el desconcierto del equipo blanco. En su mejor momento encajaron el gol de Sané y la conmoción que causó llevó tres minutos después a que Lucas Vázquez zancadilleara a Musiala, una pesadilla para él, durante toda la segunda parte ,porque en la primera se las vio con Sané. El penalti lo transformó Kane y el Bayern se puso por delante.

De dominador, el Madrid se vio de perdedor. El fútbol tiene estas cosas y el Madrid bien lo sabe . Había que levantarse y lo hizo. Quedaban treinta minutos y cogió el mando del partido con un Bayern que no dejó de oponer resistencia y peligrosidad en sus ataques.  Los alemanes querían mantener el resultado para la vuelta en Madrid, pero otra genialidad de Vinicius, filtrando un pase en el área a Rodrigo, terminó con el derribo de su compatriota y el consiguiente penalti. Vinicius no desaprovechó la pena máxima y puso las tablas en el marcador a falta de siete minutos.

Ya no pasó nada más. Hubo tregua. El próximo miércoles se prevé un duelo apasionante . El Bernabéu dictará sentencia para ver cuál de los dos llega a la final de Wembley. Kroos, el alemán que llegó del frío hace diez años tendrá mucho que decir, como Modric quién también sentó cátedra durante los poco más de quince minutos que estuvo en el campo. Dos jugadores insustituibles que han hecho disfrutar al madridismo durante más de una década.

La duda es que Madrid veremos en el Bernabéu. El defensivo, el dominador del balón, el de llegadas en bloque o el de sutiles contras con los estiletes que tiene arriba. Veremos cual de esas caras se impone a las demás para enfrentarse al rocoso y talentoso Bayern de Múnich.


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