3/01/2023

QUE PEREZA ME DAN LOS ÓSCAR


El año pasado volví a la Radio para participar en el programa especial de RNE sobre los Óscar. Fue el año del mamporro, el año en que Will Smith ganó como mejor actor, pero lanzó un derechazo al presentador ante la incredulidad de propios y extraños. No quedó K.O como me está ocurriendo a mí este año con la larguísima duración de las películas que competirán por las estatuillas el próximo 12 de marzo. No sé por qué razón la mayor parte de las que compiten pasan de las dos horas largas y nos hacen preguntarnos cuál es la causa de que se prolonguen tanto cuando la mayor parte de las que compiten no nos aportan nada nuevo y sus tramas podrían resolverse en mucho menos  tiempo.

Debe ser que la fiebre de las series que se alargan y alargan sin motivo ha calado en los hacedores de películas que durante unas pocas semanas invitan a los espectadores a que las supuestas mejores películas del año se vean en pantalla grande, aunque algunas como “Sin novedad en el frente” (143’)  se ha visto en Netflix y que yo sepa no se estrenó comercialmente en las salas españolas. Es un filme antimilitarista como ya lo fueron las dos versiones anteriores que se hicieron de la novela de Erich Marie Remarque y no está de más haberla recuperado en estos tiempos, en que acaba de cumplirse un año del inicio de la guerra de Ucrania.  

Dicho esto, la película no es demasiado original y responde a un producto bien hecho que, creo debería verse mucho mejor en la gran pantalla. No he podido ver todavía “Tar” (158’) y “La ballena”(117’) . Me asusta su duración y los comentarios de algunos compañeros que únicamente valoran las interpretaciones de Cate Blanchet en la primera   y de Brenda Fraser, en la segunda. Los dos son favoritos para ganar los premios de interpretación.

Veo entre las nominadas muchas películas vacías que ves y que a la salida olvidas. Todo a la vez en todas partes”(139’) es un disparate que quizá entretenga a los más jóvenes pero que, en mi caso, me resulta incomprensible que sea la película más nominada de este año.

Me resultó bastante cansina “Almas en pena en Inisherin” (114’) ya que durante todo el metraje no dejamos de preguntarnos como dos íntimos amigos pueden enfadarse porque uno considera que el otro ya no le aporta nada.  Un filme de corte intimista y algo socarrón muy diferente a las espectaculares “Avatar ; El sentido del agua” (192’) y “Top Gun: Maverick”(131’) que, entretienen, pero no deberían optar a la mejor película como ha ocurrido con “Babylon”(189’), que se ha quedado fuera de casi todo y que ha sido uno de los grandes fracasos de la industria este año. A mí no es de las que más me disgusta , si bien tanta música y ruido acaba por agobiarte. Cuanto menos me cuenta la historia de Hollywood y el paso del mudo al sonoro con una gran Margot Robbie que no está nominada como mejor actriz.

“Babylon” es cine dentro del cine como lo es, en cierto modo, “Los Fabelman” (151’), en que Steven Spielberg cuenta su propia historia y la de su familia. Personalmente es la película que más me ha gustado por su tono narrativo. Asistimos a la primera ocasión en que el niño protagonista acude a una sala de cine, a su relación con sus padres y hermanas, o a sus primeros rodajes en super 8 y los montajes que hacía de las películas que rodaba con sus amigos. En “Los Fabelman” hay verdad y un Steven Spielberg que nos muestra su oficio y su amor al cine. Sin hablar de obra maestra que esos son palabras mayores, “Los Fabelman” se erige sobre el resto de nominadas a la mejor película, pero, seguramente, no ganará el Oscar.

Ya tendré ocasión, la próxima semana, de comentar otros títulos que pasearán por los bulevares de Hollywood en busca de esa estatuilla preciada por todos los integrantes de la industria. Lo que haría falta es que se hicieran mejores películas que se unieran a las que ya forman parte de “La fábrica de los sueños” que, durante 128 años no ha dejado de contarnos historias.

(PUBLICADO en LA VOZ.27.2.23)

 

 

 

 

 

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