Siempre se ha hablado de Almodóvar como un gran director de actrices, pero Benito Zambrano no se queda atrás. Sus historias, desde “Solas”, tienen a las mujeres como centro del relato y los hombres suelen jugar un papel secundario , con personajes vulgares y embrutecidos.
Su cine, además aborda la actualidad o se adelanta a hechos
que tienen una enorme relevancia en nuestro tiempo como “Solas”(el
maltrato y el machismo); “La voz dormida”(la memoria histórica) “Habana
blues” (la falta de libertad en Cuba), “Intemperie (el abuso infantil)
En su nueva propuesta “Pan de limón con semillas de
amapolas”(121’), basada en la novela de Cristina Campos, el cineasta
andaluz construye un melodrama en que los hombres tienen poco que decir ante un
grupo de mujeres firmes y decididas, mujeres empoderadas que trabajan en Ongs, afrontan
una enfermedad, son madres o trabajan en una panadería. Todas muestran, de
diversas maneras, su fortaleza.
La acción se desarrolla en una localidad mallorquina donde dos hermanas que fueron separadas siendo niñas se reencuentran para gestionar la venta de una panadería que han heredado de una mujer que, no saben por qué, les ha dejado la herencia.
Anna(Eva Martín) y Marina (Elia Galera) se reencuentran después de catorce años sin tener
relación entre ambas. Hay un pasado que las llevó a tomar caminos muy diferentes.
Marina es ginecóloga de una Ong en África y mantiene una relación con un
médico mucho más joven que ella y Anna es una mujer adinerada, que pasa
por dificultades económicas, junto a un marido machista y agresivo y su hija adolescente.
“Pan de limón con semillas de amapola” es una película
que nos habla también de identidades y de un grupo de mujeres que van
definiendo su personalidad en rededor de esa panadería que trae los recuerdos
de la infancia, pero sobre todo el deseo de conocer el misterio que se esconde
en la mujer que las dejó la herencia. La empleada que sigue trabajando, hosca e
irritable Catalina .excelente Claudi Faci, se niega a facilitarles más
datos de la propietaria y en el pueblo no saben mucho más que decirles, empezando
por Úrsula, interpretada por la veterana actriz argentina Marilú Marini que
regenta un hotel y un restaurante y que pronto se convertirá en amiga y
confidente de Marina .
Una historia tratada con naturalidad, sin altibajos, con la
firmeza que caracteriza la filmografía de Benito Zambrano, uno de nuestros
directores de referencia a pesar de lo poco que se ha prodigado. “Pan de
limón con semillas de amapola” es una historia que desgrana el pasado , un puzle
que, el espectador irá descubriendo al mismo tiempo que las protagonistas.
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