2/01/2021

LOS MAYORES COPAN LAS PANTALLAS












Cada vez son más habituales las películas que tienen como protagonistas a personas mayores. Residencias, balnearios, comunas ecologistas, retos aventureros, concursos de baile, historias de amor o, y es lo peor, enfermedades que llevan a un final por todos conocido. Debe ser que los directores se hacen mayores como una sociedad cada vez más envejecida y quieren contar sus experiencias o las de las personas que les rodean.


Me ha impresionado “El padre” la película que ha dirigido el director francés Florian Zeller, basada en su propia obra de teatro. Es una historia franca, que muchos de nosotros hemos vivido o continuamos viviendo cuando nuestros seres queridos envejecen y comienzan poco a poco a tener lagunas de memoria y en ocasiones a ni siquiera reconocernos. Personas que se niegan a admitir su deterioro y no aceptan que nadie entre en sus vidas, que nadie les cuide en su vejez. En “El padre”, Anthony (Anthony Hopkins) es un hombre de 81 años que se niega a que nadie se ocupe de él, cuando su hija Anne (Olivia Colman) le anuncia que se muda de Londres a París porque tiene una nueva pareja.

Es enternecedora, nunca lacrimógena, la relación `padre-hija. Son dos actores impresionantes, sendos ganadores del óscar, que describen con absoluta naturalidad el proceso de demencia senil que sufre Anthony, un anciano inteligente y querido y la impotencia de su hija por conseguir que acepte nuevos cuidados. Ellos y otros personajes que son resultado de la mente cada vez más confusa de Anthony, que confunde la realidad con su memoria distorsionada.

Anthony Hopkins, el oscarizado protagonista de “El silencio de los corderos” que, por cierto, celebra su treinta aniversario, releva en el mismo papel a otros grandes actores, porque la obra se ha representado teatralmente desde 2015.En España la representó Héctor Alterio.

Pero ya digo que no es la única película que trata el tema de la vejez, ya casi podríamos hacer un subgénero, porque esta misma semana he visto la costarricense, ”El baile de la gacela” o el reto, de un conocido exjugador de fútbol que nunca ganó nada por conseguir un pequeño trofeo en un concurso de baile para personas mayores. El afán de superación y el orgullo se nos muestra en este título menor sobre la vejez que ha ocupado también la atención de otra excelente película, “El agente topo”, candidata chilena al Goya y al Oscar, pendiente de estreno en nuestro país, que narra la soledad de las personas mayores en las residencias.

Su directora, Maite Alberdi, construye una película entre el thriller y el documental social en que el personaje protagonista se introduce en una residencia para conocer con detalle como es la vida de los que viven allí. Una poeta, que recita con fluidez , una mujer que espera que su madre, obviamente fallecida, le lleve de vuelta a casa; otra que sigue siendo virgen y que fantasea con tener una relación con el nuevo residente , o la mujer que añora a los suyos que nunca van a verla.

En realidad, se sienten solos y abandonados por los suyos porque pasan los días, los meses, los años y nadie se preocupa de ellos. “El agente topo” nos introduce en una residencia, todavía sin la terrible pandemia que ha diezmado a los mayores, pero desnuda el interior de las personas y como las pequeñas cosas pueden ayudarles a llevar, lo mejor posible, sus últimos años de vida.

(PUBLICADO en LA VOZ.1-2-21

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