México es un país de enormes contradicciones, seguramente tan surrealista como lo pintó Luis Buñuel en su filmografía.
Es un país democrático,
uno de los pocos de América Latina que no ha sufrido un golpe militar, sin embargo,
ha sido un país sustentando en la corrupción gubernamental y en la enorme
violencia protagonizada especialmente por los distintos carteles de la droga.
Recuerdo la
matanza de estudiantes en la plaza de Tlatelolco en 1968,ordenada por el gobierno
de Echeverría que intentaba reprimir las protestas estudiantiles coincidentes
con los Juegos Olímpicos que, se celebraron en el país.
Años después
en la década de los noventa la opinión pública mundial no daba crédito a los
feminicidios de Ciudad Juárez que siguen produciéndose, aún en nuestros días. Cerca
de 2000 mujeres fueron violadas y asesinadas en esta ciudad fronteriza con
Estados Unidos. Varios miles desaparecieron para siempre y los culpables
siguieron actuando con absoluta impunidad . Y esas desapariciones se han
seguido produciendo en otros lugares de México, sin ir más lejos, en 2014,
cuarenta y tres estudiantes se “evaporaron “ en Iguala, sin dejar rastro.
Asustan esas
cifras y asusta una película que acaba de llegar a nuestras salas, “Nuevo
Orden”, que consiguió una ristra de premios en Venecia, entre ellos el especial
del Jurado. Michel Franco, su director , sigue la estela de los tres grandes, Cuarón,
Iñarritu y Del Toro, traspasando fronteras con su cine. “Nuevo Orden” nos sitúa
en una sociedad distópica en que la violencia se adueña de las calles. No hay
tregua. No trata de ser maniqueísta y ponerse al lado del pueblo o de la alta
burguesía. Deja que la cámara sea testigo de la violencia que va “in crescendo”
y que de alguna manera trata de golpear al espectador para que reaccione ante hechos
que, cada vez se producen de forma menos aislados en nuestra sociedad
occidental. Es una ficción, pero, de alguna manera, nos resulta real si
recordamos imágenes como los chalecos amarillos en Francia, las revueltas sociales
en Chile, el asalto al Congreso en EEUU o las manifestaciones violentas ,de
esta misma semana, en Madrid, Barcelona, Valencia y otras ciudades por el
encarcelamiento del rapero Pablo Hásel.
“Nuevo
orden” no va a dejar indiferente a nadie porque es una película nada
complaciente, como tampoco lo fueron “La naranja mecánica”, “La batalla de
Argel” o “Hijos de los hombres”, títulos de los que Michel Franco, reconoce su
influencia para construir esta inquietante y espero que no premonitoria,
película.
PUBLICADO EN LA VOZ (22-2-2021)
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