He visto otros tres títulos esta semana. Dos se estrenan en salas y el tercero en `plataformas digitales como Movistar o Filmin-
Esta última, “Mi primo”(106’) es la menos agobiante de
las tres. Comedia francesa dirigida por Jack Koonen que ha tenido excelentes
resultados en taquilla, en Francia. Una historia
previsible pero entretenida en la que Pierre (Vincent Lindon) es un hombre de
éxito, un empresario que tiene como objetivo más próximo adquirir unas importantes
bodegas. Para ello necesita el apoyo de su primo Adrian (Francois Damiens),
bastante imprevisible y muy alejado del glamour de París.
El glamour, la burguesía y el esnobismo forman parte del
mensaje de este filme que apuesta por los personajes más auténticos frente a la
ambición o la falta de escrúpulos. Por encima del dinero, la adicción al
trabajo o el olvido de la familia está la amistad sin ningún tipo de
condicionantes.
Madre e hija dejan su pueblo atrás para ir a trabajar a una
casa, en la exclusiva colonia de Polanco. La familia la componen los padres, ella
embarazada y dos adolescentes No son excesivamente rígidos, pero mantienen las
distancias, los de arriba y los de abajo.
Apenas pasa nada, solo Guiedani, que tiene 12 años, quiere
algo más, como poder disfrutar de algunas de las comodidades que hay en la casa
o relacionarse con la hija de la sirvienta de la casa de al lado, que
tienen su misma edad. Es una niña callada , silenciosa, inexpresiva que “no
quiere ser una simple esclava como su madre”. Cuando, por una serie de
circunstancias se queda sola en la casa encontrará la oportunidad de
reivindicarse.
Mi acercamiento definitivo de esta semana a las salas tiene
sello inglés. Tenía ganas de ver “La Sra.Lowry e hijo”(91’) por el duelo
interpretativo que representan Vanessa Redgrave y Timothy Spall pero me ha resultado
agobiante como reflejo de una relación tóxica.
L.S.Lowry, uno de los más célebres pintores ingleses del
siglo XX, vive junto a su madre que menosprecia y critica las obras de su hijo. La madre,
impedida, utiliza las palabras como un arma que trastorna al huidizo, introvertido
e inexpresivo pintor. Un biopic nada complaciente del hombre castrado por una
madre dominante. Un complejo edípico de libro que lleva a que Lowry diga que,
si a su madre no le gusta su obra, no seguirá adelante, porque “única y exclusivamente
pinta para ella”.
Solitario y triste, Lowry vivió de cobrar los alquileres del
barrio y pintó por las noches el paisaje industrial de Pendlebury, barrio obrero
de Manchester. La película está dirigida por Adrian Noble, director que procede
del teatro donde ha tenido una dilatada carrera. Durante trece años estuvo al frente
de la Royal Shakespeare Company y sus dos anteriores películas, “El sueño de
una noche de verano” y “La importancia de llamarse Ernesto” muestran esa
relación con el teatro como ocurre con la “Sra Lowry e hijo” que no deja de ser
una puesta en escena , con dos actores mayúsculos que nos introducen en su
mundo claustrofóbico, con esa habitación agobiante donde se desarrolla la mayor parte de la
trama.
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