He estado
como anunciaba en “Sala oscura” en la
presentación de la nueva Fiesta del Cine, en el Instituto de Cinematografía. Va
a ser el 31
de marzo, el 1 y 2 de abril con unas entradas que van a costar 2’90 euros , una vez los interesados se acrediten
en www.fiestadelcine.com.
Son un total
336 cines de toda España, que suman un total de 2945 pantallas los que
permitirán ver a los espectadores la mayor parte de las novedades de cartelera
a precios sensiblemente inferiores a los habituales.
Según han
destacado los representantes de las tres entidades organizadoras, Productores,
Distribuidores y Exhibidores, además de la Directora General del Instituto de Cinematografía, Susana de la
Sierra, esta fiesta ha sido un éxito en ediciones anteriores y en la última,
celebrada en octubre hubo un millón seiscientos mil (1.600.000) espectadores.
Vale hasta ahí todo muy bien. La gente hace colas inmensas como
las de antes, compra entradas, palomitas y se introduce en la sala oscura. Se
emociona, llora, ríe, se sobresalta vive esa magia única que nos trasmite el
cine .
Pero ¿qué
ocurre después? Al día siguiente, el 3
de abril. Pues que los espectadores volverán quedarse en casa porque cada vez
cuesta más rascarse el bolsillo y porque las salas, al menos de un 14% de los
europeos, está a más de 30’ de su domicilio.
La
FIESTA DEL CINE es
positiva pero insuficiente. La muestra está en que siguen celebrándose. ¿No
pueden llevarse a cabo otras iniciativas paralelas ,como contactos del público
con los responsables de las películas, directores, productores, actores,
actrices, responsables de efectos especiales, guionistas, etc ,para que comprendan
el trabajo que llevan a cabo y los esfuerzos que son necesarios para llevar
adelante una película.
¿No sería
conveniente, recomendable y necesario llevar el cine a las aulas, que los
chicos y chicas comprendieran lo complejo y lo bello del mundo audiovisual?
No. Vivimos en la sociedad de la imagen, de la
tecnología y no se busca la manera de que el cine salga del pozo en que está
sumido.
En 2013 solo
hubo 80 millones de espectadores en las salas españolas. En 1978 había 220
millones.
Si en Europa
el número de espectadores descendió durante 2013, un 1’8%,en España se situó en
el 15%.Estamos a la cabeza de las cifras negativas, porque también figuramos
entre los que más descargas de películas on line de manera gratuita legal o
ilegalmente efectuamos. Somos piratas que
sin escrúpulos alardeamos de las películas que nos bajamos sin buscar
soluciones que reviertan en una industria permanentemente golpeada desde la individualidad y la
incompetencia de los poderes públicos.
Ese 21% de
IVA a las entradas cinematográficas ayuda también al notable encarecimiento del
cine. El Sr. Montoro está encantado, sobre todo si se trata de cine español que
dijo que era muy malo aunque es probable que él no haya vuelto desde que en los
colegios de curas se proyectaban títulos
como “Molokai”, “Fray Escoba” o para
meternos miedo, “El cebo”.
Ahora, Sr
Montoro, el cine español languidece y sus medidas y las del gobierno al que
pertenece están ayudando a que así sea. Se hacen menos películas y cada vez con
menos medios; se cierran salas, el público acude cada vez menos,la piratería prevalece
y las fiestas del cine se siguen
organizando con el objetivo de atraer espectadores a las salas.
Ya hemos visto que van. Por diez euros 3
películas y sobran 30 centimos ,que algo haremos con ellos. Pero siempre
quedará el día después cuando las salas vuelvan a estar vacías y sigamos sin encontrar
soluciones.
Volveremos a las convocatorias de
presentación de futuras fiestas del cine y volveremos a preguntar y ¿qué
más?
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