UN VERANO CON FIFI: EJERCICIO DE MADUREZ DE UNA ADOLESCENTE

 

 

UN VERANO CON FIFÍ ( Francia. 108’)

DTORES.: Jeanne Aslan y Paul saintillan

INT.: Celeste Brunnquel, Quentin Dolmaire, Ilan Schermann, Chloé Mons, François Negret.

 

Una de esas comedias francesas que sorprende por su frescura y la verdad que desprenden sus protagonistas.

Sophie, conocida por Fifí, es una chica de 15 años que asume buena parte de las tareas de su hogar en una familia desestructurada. Se ocupa de sus hermanos pequeños y del bebé de otra hermana, madre soltera,  en el reducido piso de protección oficial que tienen en las afueras de Nancy

Cuando se cruza con su amiga Jade, que está a punto de irse de vacaciones, con sus padres , Fifi se hace con las llaves de la casa, en la que encuentra todas las comodidades de las que carece,  y ve la posibilidad de escapar temporalmente de su caótica situación viviendo clandestinamente, en la casa de su compañera de clase.

Pero, uno de los primeros días, se da de bruces con Stephane el hermano de Jade que ha regresado a casa desde París, donde estudia, para pasar las vacaciones y teletrabajar.

En lugar de denunciarla o echarla Stephane, deja que Sophie vaya cuando quiera a la casa y le ayude en su trabajo pagándola una cantidad que ella aporta a su familia justificando, de esa manera, las muchas horas que pasa fuera de casa.

Entre los dos surge un fuerte vínculo de amistad y complicidad y comienzan a sentirse atraídos el uno por el otro, pero Stephane, que tiene 23 años , sabe que Fifí solo tiene 15, a pesar de la madurez y seguridad que muestra en todas sus acciones.

Una película pequeña, pero que, como digo, habla con naturalidad de la amistad, del amor y también de la madurez de la pareja protagonista a pesar de su juventud .Una historia situada en una pequeña ciudad lejos de un París que se antoja para Fifí, como el Dorado, donde poder huir de la agobiante situación que vive con su familia, donde los hombres solo tienen una presencia residual.

RECOMENDABLE