10/18/2020
Miguel Delibes: Cien años después.
Mirando para atrás reconozco la suerte que he tenido de conocer a grandes escritores, cineastas u otros hombres y mujeres vinculados a la cultura. Nada de políticos efímeros, si a personas que han hecho de la creación su vida y han sabido comunicárselo a los demás.
Durante casi cuarenta años, ya desde mis prácticas en Cádiz, departí con algunos de los grandes, con aquellos que siguen siendo inmortales y que son recordados en sus centenarios y en sus fechas más significativas.
Leo, veo que este sábado se cumplieron cien años del nacimiento de Miguel Delibes. Todo un centenario para un autor que nos dejó hace relativamente poco tiempo, en 2010. Recuerdo las veces que pude verle, en actos concretos como cuando obtuvo el Cervantes, pero tengo la sensación de haber estado con una de esas personas íntegras, de gran fuerza moral que huía del ruido y que solo trataba de trabajar en paz.
Guardo, todavía, en alguna de mis agendas su teléfono de Valladolid al que llamaba para entrevistarle por la publicación de alguno de sus libros o para comentar el estreno de películas basadas en sus obras. Y fueron muchas las llevadas al cine porque su lenguaje directo, sencillo, sin vericuetos daba pie a la construcción de una ficción cinematográfica que, en algunos casos, no desmerecía la obra original.
Con todo, “Los santos inocentes”, de Mario Camus, roza la obra maestra. Sus personajes Azarías, Paco el Bajo, La Niña Chica, el señorito Iván están en la mente de cualquiera de nosotros. La novela de Delibes y después la película desnudó las dos Españas. Aquella que vive con temor ,pobreza e inseguridad y la de los prepotentes, seguros de su poder y de su status social y económico. No había caricatura, había constatación de esa brecha entre pobres y ricos que, aún yo, sigue sin cerrarse.
Pero Miguel Delibes, austero, triste, melancólico más aún si cabe tras la muerte de Ángeles, su mujer, en 1974, no solo retrató en obras literarias las evidentes diferencias sociales existentes en nuestra sociedad, sino que fue un adelantado a su tiempo ahondando en temas que aún hoy nos preocupan a todos.
En el “Disputado voto del Sr. Cayo”, que llevó al cine Antonio Giménez Rico, no sólo puso en su sitio a la clase política si no que mostró esa Castilla semivacía y a la que ahora incluimos dentro de la llamada España vaciada. Esa Castilla adusta y despoblada también está en otras de sus obras como “Las ratas” que llevó a la pantalla Antonio Giménez Rico, director que se ha acercado con frecuencia a la obra de Delibes ya que también llevó al cine “Retrato de familia”, título en la pantalla de ”Mi idolatrado hijo Sisí” en la que el escritor vallisoletano se adentraba en la guerra civil española tema que, sin embargo, no suscitó el interés de su narrativa. A Miguel Delibes le interesaba Castilla, sus gentes, el entorno rural, la flora, la fauna, la naturaleza… No lo ocultó en sus libros de ficción ni en sus textos periodísticos o ensayísticos. Valladolid era su ciudad, a la que estuvo apegado durante los noventa años que vivió. Desde su atalaya supo contemplar el mundo y dejarnos algunas de las más bellas páginas de la literatura en lengua castellana.
No se escondía porque sabía mirar al mundo y hablarnos de mujeres maltratadas psicológicamente en “Cinco horas con Mario”, llevada al teatro y al cine, aunque en este último caso se tituló “Función de noche”, y la dirigió Josefina Molina.
La infancia y la familia está en alguna de sus obras más celebradas como “El príncipe destronado” que dirigió en la pantalla grande Antonio Mercero con la celebrada ”La guerra de papá”. La mirada del mundo adulto a través de los ojos de un niño también ocupa la primera parte de “La sombra del ciprés es alargada” ,con la que debutó en la narrativa y de paso ganó el premio Nadal en 1947 . El director español Luis Alcoriza, exiliado en México, también la llevó al cine a finales de los años ochenta.
No se llevó, aunque se habló de ello, su última novela, “El hereje”, situada en Valladolid, durante el reinado de Carlos V y la irrupción de la figura de Lutero en Europa. Fue el testamento literario de Miguel Delibes y un apasionado canto a las libertades de los seres humanos y a la tolerancia.
Han pasado cien años desde naciera y yo lo conocí.
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