“Ningún seminario acepta convictos como tú”. Así de directo se expresa el capellán de un reformatorio cuando uno de los internos, Daniel (excelente Bartosz Bielenia) le expresa sus deseos de estudiar para sacerdote.
Daniel, es un joven que intenta redimirse en un país tan católico como Polonia. En el reformatorio vive una auténtica transformación espiritual.
En “Corpus Christie”(115’) película de Jan Komasa, el protagonista es enviado, con la libertad condicional, a un aserradero, al otro lado del país. Pero una serie de circunstancias le llevan a sustituir al vicario de una pequeña localidad, haciéndose pasar por sacerdote.
Nominada al oscar a la mejor película extranjera, “Corpus Christie” nos introduce en la historia real de un joven de diecinueve años que se hizo pasar por sacerdote durante unos meses y que a pesar de su impostura resultó mucho más convincente que su predecesor.
En el fondo, Daniel busca una segunda oportunidad, decirle a la sociedad lo que sería capaz de hacer si no fuera estigmatizado por su pasado. Busca que en el pueblo reine la armonía después de una tragedia que se produjo tiempo atrás.
En “Corpus Christie” se admite la culpa, pero también se abre la puerta al perdón. Una muestra más del vigoroso cine polaco.
VERANO DEL 85
También los jóvenes son los protagonistas de la última película del prolífico François Ozon. “Verano del 85”(100’), un drama con claros tintes autobiográficos, en el que el realizador francés describe la historia de amor entre dos jóvenes(quer la historia sea homosexual es lo de menos,en este caso) durante aquel verano. Alexis(Félix Lefebvre) está a punto de cumplir los 16 años cuando el barco en el que navega junto a la costa, vuelca y se encuentra a merced del mar. David(Benjamin Voisin), de 18 que navega por la zona, acude a su rescate. Entre los dos surge una profunda amistad que se transforma en una relación apasionada. La pregunta es si las relaciones entre los dos jóvenes van a trascender más allá del cálido verano en la costa de Normandía.
Como en otras de sus obras (“Swimming pool”, ”En la casa”, “Frantz”…), Ozon, tiene a la escritura y la literatura como un elemento que nos hace vagar entre la realidad y la ficción. La escritura es la manera de expresarse, de mostrar los más íntimos sentimientos cuando faltan las palabras. A través de ella el protagonista puede redimirse y alejarse del sentimiento de culpa. ”Solo cuenta escapar de una forma u otra de la propia historia”, se dice en “Verano del 85”, ese verano que cada uno guarda en su interior y que Ozon desnuda para los espectadores.
El primer amor , el deseo, la sexualidad, las relaciones con los padres y la muerte que siempre está ahí, acechante. “Verano del 85” es un viejo proyecto del adolescente François Ozon quién, cuando tenía 17 años leyó el libro “Danza sobre mi tumba”, de Aidan Chambers y decidió que si se dedicaba al cine, ese sería su primer filme.
No fue así, pero en ese interín ha escrito y realizado veinte largometrajes, casi uno por año desde que debutó en 1998 con “Sitcom” y se ha convertido en uno de los nombres fundamentales del cine europeo. “Verano del 85” reafirma su trayectoria.
Y ADEMÁS
Y aunque no he podido verlas esta semana me comentan los compañeros algunos titulos relevantes como ”Bajocero”(106’),debut en el largometraje de Lluis Quílez, un thriller potente con Javier Gutiérrez, Luis Callejo, Alex Monner o Karra Elejalde , el documental “Dehesa, el bosque del lince ibérico”(95’), dirigido por Joaquín Gutiérrez Acha, quién ya tiene el antecedente de excelentes documentales como “Guadalquivir” y “Cantábrico” y, finalmente, el filme de ciencia ficción estadounidense, “Nación cautiva”(109’) de Rupert Wyatt (“El origen del planeta de los simios”), con una depredadora raza extraterrestre controlando la Tierra.
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