UNO PARA TODOS (94’). David Ilundain, después de acercarse a Bárcenas en “B”, se aproxima en este “Uno para todos” a un subgénero que nunca deja de estar de actualidad: los alumnos y los profesores. A falta de lo que puede dar de sí la pandemia en este campo, Ilundain lleva a Aleix, su protagonista, a un pueblo perdido de Aragón como profesor interino. Aleix tiene problemas personales y encuentra en la clase con sus alumnos de sexto de primaria, once años, una forma de implicarse y seguramente de esconder los conflictos con su familia.
El acoso
escolar; el intento de que un niño enfermo de cáncer vuelva a la escuela; la
difícil relación de Aleix con sus compañeros y su casi permanente soledad, son
algunas de las características de esta película con un antihéroe interpretado
por el convincente David Verdaguer. Ojo también a Patricia López Arnaiz,quién siempre se hace notar en pantalla.
Hay
referencia al “Club de los poetas muertos” y no se aleja del tono de la
exitosa serie catalana, “Merli” pero, no obstante, en “Uno para todos”
hay autenticidad y naturalidad en todos los personajes. Aleix se implica con
cada uno de sus alumnos y busca actividades nuevas que sirvan de aliciente para
los chavales. Como si de una cebolla se tratase, va retirando las sucesivas
capas, para ahondar en los problemas de cada uno.
En pocos
días he visto tres películas relacionadas con los preadolescentes: Además de “Uno
para todos”; “Las niñas” y una película de la muestra ecuatoriana, “Alba”.
Ya digo que la enseñanza es un gran filón para el cine.
PINOCHO(125’) Matteo Garrone dirige a Roberto Benigni , quien
encarna a Gepetto, en uno de los relatos más celebres de la literatura italiana.
La ternura y el horror; la soledad y la muerte se nos muestran en esta versión,
de tono fantástico, del director de “Gomorra”.
LA
OFRENDA (90’) drama dirigido por Ventura Durall que interpretan Alex
Brandemühl, Verónica Echegui y Anna Alarcón, quién interpreta a una joven psiquiatra.
Un triángulo amoroso que, según su director, aborda estructuras mentales como
el perdón o la obsesión. En la película Eita(V.Echegui) intenta ayudar a su
marido (Alex Brandemühl) a que se reencuentra con Violeta (Anna Alarcón) un
antiguo amor. Busca ser perdonado por abandonarla de forma cruel.
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