De vez en cuando nuestro cine describe con precisión momentos no tan lejanos de nuestra historia cotidiana como ocurrió en 2017 con “Verano de 1993”,de Carla Simón. Los noventa estaban en aquella película de corte intimista a través de la mirada profunda de una niña, ahora son otras menores las que describen aquella década en “Las niñas”(97’), de Pilar Palomero, filme que ha ganado los principales premios en el festival de Málaga.
La directora debutante nos introduce en un colegio de monjas de los años noventa, con una educación no alejada demasiado de la rigidez del franquismo, en el que un grupo de niñas que se acercan a la adolescencia se plantean cuestiones como las relaciones familiares; la religión, el sexo, la amistad; y los deseos de probar cosas nuevas.
Pilar Palomero pone el foco en una niña (Andrea Fandos) que vive con su madre (Natalia de Molina) que no mantiene relación con nadie de su familia y que en los pocos momentos en que habla con su hija le asegura que su padre murió repentinamente . Una niña curiosa, deseando conocer la verdad y una madre cansada, agotada de tanto trabajo y sin ánimo de explicar a su hija todas las dudas que plantea.
Un filme muy maduro para una debutante que se ha rodeado de un grupo de niñas que muestran enorme naturalidad en su trabajo. La película describe momentos que muchos hemos vivido como padres. Aquellas niñas de principios de los noventa son hoy mujeres que han entrado en la cuarentena con una vitalidad imparable.
“Las niñas”, tiene componentes autobiográficos de la directora que nació en 1980 en Zaragoza, donde se desarrolla el filme y buscó desde un primer momento mostrar el despertar a la adolescencia en un entorno arcaico ,con una educación muy conservadora mientras que la sociedad española del 92,aquel año tan especial, comenzaba a abrirse.
El filme tiene grandes secuencias entre la madre y su hija pero me quedo con el inicio, con ese coro, dirigido por una malhumorada monja, en que las niñas gesticulan como si estuviesen cantando . Es un ensayo pero, también una muestra de la realidad ya que a las niñas que no cantaban del gusto de la monja solo se las dejaba gesticular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario