Cuando este miércoles me encontré con un amigo en
la presentación del Premio Planeta de novela le comenté que venía del
pase de la última película de Ken Loach, “La parte de los ángeles” y su pregunta fue inmediata ¿cuál es el drama?
Pues no “La parte de los ángeles” es una comedia, en
la línea de aquellas lejanas películas inglesas que firmaban realizadores como
Stephen Frears. La nueva película de
Loach no olvida a las clases marginales ni su crítica a la burguesía y al
sistema, pero adopta forma de comedia.
Cuenta como un grupo
de jóvenes, pequeños delincuentes, son castigados a trabajar para la comunidad
durante un determinado periodo de tiempo. El asistente social que está al
frente del grupo les ayuda en todo lo posible y busca llevar adelante con ellos
algunas actividades. La principal es visitar una destilería de whisky donde
descubren el proceso de elaboración e
incluso la manera de distinguir, mediante la cata, las diferentes texturas y
calidades de la famosa bebida escocesa.
En esas visitas y catas conocen lo que significa “La parte
de los ángeles”, que es el dos por ciento del licor de cada barrica que se
evapora en el momento de abrirse.
Deciden, de alguna manera, hacerse simbólicamente con ese dos por ciento y más
cuando descubren que hay botellas que se valoran en 100.000 libras.
Loach construye una comedia amable , con momentos divertidos
y otros violentos , pero con un tono
optimista reflejado en la amistad que se entabla entre los protagonistas y la puerta abierta a un futuro esperanzador.
A sus 76 Años Ken Loach ha bajado la dureza de sus discurso cinematográfico
.Llama la atención que lo haya hecho en estos tiempos de crisis y de corrupción. Loach, convencido troskista, ha
construido un cine comprometido con la sociedad y la defensa de los sectores
más desfavorecidos.
En “Agenda oculta” describió la guerra sucia que ejerció el
gobierno de Margaret Thatcher contra el IRA ; en “Lloviendo piedras” y “Riff-Raff”
, realizó sendos dramas sociales sobre la clase trabajadora; en “Lady Bird , lady Bird” una de las
películas más duras que he visto, incide en la burocracia y la deshumanización
de los servicios sociales en Gran Bretaña… También ha mirado al exterior , a
algunos conflictos internacionales que, a mi juicio ,están bastante menos
logrados que las cintas antes citadas. Son títulos como “Tierra y libertad”,
sobre la guerra civil española; “La canción de Carla” centrada en la
lucha entre el gobierno sandinista y la contra”; “Pan y rosas”,
sobre los sin papeles en Estados Unidos o la reciente “Route Irish”, con
la guerra en Irak como telón de fondo.
Lo que es innegable es que la trayectoria de Loach ha sido
impecable. Como heredero del cine
realista europeo ha defendido a las clases más desfavorecidas y ha dado el
protagonismo a seres anónimos, a aquellos que intentan salir adelante en una sociedad que les es
hostil.
Sorprende que a estas alturas de su vida y su filmografía
haya cambiado de registro. Quizá,junto a su guionista Paul Laverty, piense que
es mejor manera sacudir la conciencia de la sociedad a través del humor y la
comedia.
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