El Jueves, la UNO de
TVE, proyectó “La Reina de África”, una deliciosa película que nos
confirma que el buen cine no muere nunca. Vi un par de secuencias , esa en que Katherine
Hepburn tira por la borda las últimas
reservas de whisky ante un cariacontecido Bogart. Fue suficiente para recrearme
en la historia dirigida por John Huston que tantas veces he visto. Pero si había química entre Bogart/Hepburn como era
la de Bogart/Bacall?
Este pasado fin de semana , entre compras y tapas ,por
cierto he estado en una buena cata de empanadas en un nuevo local que se abre
en Madrid, “In-Panis”- en Augusto Figueroa, decidí darme un
empacho de Bogart al que tenía un tanto abandonado. Las sesiones me han llevado a “El bosque petrificado” con un Humphrey estelar. Uno de los grandes
malvados del cine de gansters que tan buenos referentes tuvo en James
Cagney o Edwad G. Robinson. “Boogei” en aquella
película de 1936 se jugaba prácticamente su futuro porque hasta el momento
había sido un actor poco valorado por la industria. Su papel como el gánster Duke
Mantee le abrió las puertas del éxito.
“El bosque petrificado” es la adaptación de la
exitosa obra de teatro de Robert E. Sherwood y fue llevada al cine tan solo
un año después de su estreno con Leslie Howard(“Lo que el viento se llevó” )
y una jovencísima Bette Davis (“La
loba”). Howard apoyó a su amigo Bogart negándose a hacer la película si éste no
intervenía en ella. El resultado: el éxito que todos conocemos y el principio
de uno de los grandes mitos del cine.
Tal es así que me fui a buscar la química de Bogart con
Lauren Bacall, en aquella película en que surgió el idilio que acabaría en
boda. En “Tener y no tener”, Bacall tenía 19 años y Bogart 45 pero esa
diferencia de edad no fue un obstáculo
para que se convirtieran en una de las parejas más sólidas de Hollywood.
Basada en la novela
de Ernest Hemingway y dirigida por Howard Hawks, “Tener y no tener” tiene
más de un punto en común con “Casablanca”: Bogart es un cínico expatriado norteamericano
en La Martinica, ocupada por los nazis pero con un creciente protagonismo de la resistencia
francesa. Aparentemente solo le interesa su vida y no quiere comprometerse con
nadie. Es un gran cínico que aparenta lo
que no es. Siempre acaba apoyando a los más débiles o las causas más justas y
más cuando entra en escena una apasionada mujer, Marie (Lauren Bacall) que
acaba con cualquier resistencia.
Si me necesitas… silba le dice Marie al capitán
Morgan. Y desde aquel momento silbaron en la vida y en el cine y nos regalaron otros
títulos como “El sueño eterno”, “Cayo largo” y “La senda tenebrosa” que
revisé este domingo para disfrutar con un cuidado thriller en que Bogart es un
preso condenado a cadena perpetua, que escapa de prisión para intentar demostrar
que él no fue el asesino de su mujer. A Bogart, Vincent Parry, le ayuda Irene
Jansen , Bacall ,quien vivió una situación similar con su padre.
Durante aproximadamente la mitad del metraje no aparece el rostro de Bogart,
sólo su voz, algo que no gustó a la Warner
que consideraba que su estrella no podía estar sin aparecer físicamente. Delmer Daves,el director, utilizó la cámara en
primera persona; que la cámara fuera el personaje como ya había hecho
antes Robert Montgomery con “La dama
del lago”, según la novela de Raymond Chadler. Para mí el recurso fue excelente pero no la taquilla.
No corrían buenos tiempos para Hollywood. El comité de Actividades Norteamericanas
investigaba sobre supuestas
infiltraciones comunistas. Bacall y
Bogart protestaron por lo que
consideraban una violación de los Derechos Civiles y viajaron junto s
Washingthon, junto a otros profesionales, para mostrar su desacuerdo ante el
Congreso.
Después, Bogart , presionado por el estudio, se retractó . La
película mejoró en taquilla pero nunca
llegó a ser el gran éxito que esperaba la Warner. Viéndola ahora disfrutas de
principio a fin.
Ah, hoy he vuelto al cine.
He visto “En la mente del asesino” pero esa será otra historia.
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