Vox ya no
pone el foco en Cataluña, bastante más apaciguada de lo que desearía la extrema
derecha ; tampoco en la inmigración porque no hay excesivas novedades y el conjunto de la sociedad está bastante harto
de las consignas y los llamamientos
alarmistas de los chicos de Abascal.
Vox pone el
foco en las mujeres , no solo negando una violencia estructural contra ellas,
sino diciéndoles que antes de abortar deben ser informadas convenientemente , escuchar
el latido del feto o ver una imagen en 4D. El vicepresidente de Castilla León Juan
García Gallardo se ha empeñado en decirles a las mujeres lo que tienen que
hacer para así evitar interrumpir su embarazo. Este adalid pro vida, abogado de
31 años, ha montado un cisco de muy señor mío ya que ha puesto contra las cuerdas
al propio presidente de la Junta Alfonso Fernández-Mañueco que después de si,
pero no, o no, pero si ha acabado diciendo que su ejecutivo no ejercerá coacciones
directas o indirectas a la mujer embarazada y que no se obligará a
nadie a aplicar el protocolo ni a los profesionales médicos ni a las mujeres
embarazadas.
Mañueco y
Gallardo se han desautorizado entre sí mientras el gobierno central advirtió al
de Castilla León con un requerimiento para que no aplicase ninguna medida
antiabortista. Gallardo insiste en que
los protocolos aprobados están para aplicarlos como refrendan los altos cargos
de su partido a nivel nacional mientras el Partido Popular ha comenzado a dar
marcha atrás primero con una comparecencia de Mañueco y después con el respaldo
de la dirección nacional con su nuevo portavoz, Borja Samper afirmando que “Vox
acude al rescate mediático de Sánchez”.
Todo un
despropósito y las mujeres en medio de toda la polémica. ¿No saben las mujeres
tomar sus propias decisiones? ¿Precisan medidas para intentar evitar que
interrumpan su embarazo? ¿No hubiese sido de enorme crueldad obligarlas a
escuchar el latido del feto o ver su imagen en 4 D?
La interrupción
del embarazo no debe ser una decisión fácil, pero es la mujer la que decide
llevarlo a cabo por las circunstancias que sean y amparada por la ley. No puede
haber presiones de ningún tipo y Gallardo con su famoso protocolo, inspirado
como dijo en las medidas antiabortistas de la Hungría de Orban, estaría
presionando a todas las mujeres que decidiesen abortar.
La derechita
cobarde, como la denomina VOX, no ha tenido más remedio que echarse
para atrás. La extrema derecha de Abascal y Gallardo trata de seguir haciendo ruido
aprovechando cualquier resquicio para cuestionar nuestros derechos y
libertades .
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