MARIA CHAPDELAINE (158’)
DIR: Sebástien Pîlote
INTÉRPRETES: Sara Montètit, Sébastien Ricard, Heléne Floret.
También ambientada en los inicios del siglo XX “Maria Chapdelaine”, es una de las obras cumbres de la literatura canadiense , firmada por Louis Hémon y que ya ha sido llevada al cine en otras ocasiones ,la última en 1984 por Gilles Carles.
La película muestra la historia de una familia que vive en plena naturaleza, alejada de pueblos y ciudades , que intenta asentarse en la región de Quebec. Las tormentas y las nevadas marcan el ritmo de su vida y solo en primavera y el corto verano pueden comenzar a talar los árboles y plantar cereales y otros productos en la tierra que quieren hacer fértil. Trabajan sin descanso, de hecho, las escenas en que los vemos cortando los árboles nos hacen partícipes de la fuerza que desprenden. En ese contexto duro destaca sin embargo el papel de la madre como aglutinadora y casi protectora del grupo que trabaja en los campos , ayudada por su hija mayor María que suscita el interés por casarse con ella de hasta tres pretendientes.
Todo tiene un tono sutil y pausado con la familia como sostén y con influencias evidentes del cine de John Ford. Los tres pretendientes reflejan tres modos de vida. Uno es aventurero, otro se fue a buscar fortuna en la ciudad y el tercero no se aleja del modo de vida de la familia Chapdelaine.
Los tres tienen sus oportunidades en un ambiente recatado, religioso y algo claustrofóbico durante los largos inviernos en los que solo queda entretenerse jugando a las cartas y en los que es muy raro recibir una visita.
En “María Chapdelaine” no pasa nada , solo el trascurrir de la vida, los esfuerzos por salir delante de una familia en una de las regiones más inhóspitas de Canadá y al mismo tiempo las dudas de una joven para decidirse por uno de sus tres pretendientes que son, al mismo tiempo, tres proyectos de vida diferentes.
Resulta algo lenta y con una excesiva duración
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