En diecisiete
veces voy a tener ocasión de ver una
final de Copa de Europa con el Real Madrid como finalista.
Mi padre,
siempre decía con humor, que no le gustaban las series tan largas porque se iba
a morir antes de saber el desenlace. Lo mismo le habría ocurrido con el fútbol
porque desde que falleció se ha perdido cuatro Copas de Europa, cuatro
ocasiones en que el Madrid ha alzado el máximo trofeo continental. Hoy, como
las anteriores ocasiones, le recordaré como hago con los amigos ya fallecidos y
con los que siempre comentaba los partidos.
En trece
ocasiones me he ido a dormir con una sonrisa en los labios. Solo en tres he torcido
el gesto. Es cierto, que era muy pequeño cuando el Madrid ganó las cinco
primeras y que el recuerdo más nítido de mi infancia se remonta a 1966 cuando
ganó dos a uno al Partizán de Belgrado con goles de Amancio y Serena. El Madrid
venía de dos derrotas que si recuerdo vagamente . El tres a uno que le endosó
el Inter de Milán con gol de Felo, un centrocampista que no figuraba entre los habituales
titulares y sobre todo el eléctrico partido contra el Benfica de Eusebio que se
impuso a los blancos por cinco goles a tres. Si mi memoria no me falla los tres
goles los marcó Ferenc Puskas, “Cañoncito pum” que, además erró un penalti. El
Benfica ganó en 1962 su segunda final consecutiva, pero su reinado en Europa se
terminó ahí.
Tras la victoria
frente al Partizán hubo una larga sequía en el Real Madrid que se prolongó
gasta 1998 en que MIjatovic marcó el único gol del partido frente a la Juventus
de Turín. Hasta ese momento un desierto roto en 1981 en que alcanzó la final, precisamente
ante el Liverpool en París. En un pésimo partido, posiblemente en una de las
peores finales que recuerdo, los ingleses ganaron por un solitario gol.
Entre medias
estuvo la “Quinta del Buitre”, un excelente equipo que tuvo la mala suerte de
toparse con uno aún mejor, el Milán de Gullit, Van Basten, Maldini, Baresi y el
actual entrenador del Madrid, Carlo Ancelotti. En las semifinales de 1989 le
endosó, posiblemente su mayor derrota en Europa: cinco a cero en San Siro. Los
italianos volvieron a eliminar a los blancos el año siguiente en octavos de
final, aunque con un global más ajustado (2-1).
El Milán
reinaba en Europa en aquellos años y la “quinta del Buitre” solo había
encontrado consuelo en la Copa de la UEFA que había conseguido consecutivamente
en 1985 y 1986.Poco bagaje para un equipo formidable, si bien aquel torneo no
tenía mucho que envidiar a la Champions actual porque salvo los campeones de
las respectivas ligas, jugaban los mejores equipos de cada país , no como ahora
en la Europa League en que participan los quintos y los sextos, hasta que se
incorporan los eliminados en la fase previa de la Liga de Campeones.
No sé que
ocurrirá, como ninguno de vosotros, no tengo una varita mágica para determinar qué
equipo será el ganador. Ambos tienen delanteras esplendorosas, con jugadores capaces
de decidir un partido con una genialidad. Las bandas van a ser fundamentales con
laterales con un largo recorrido, especialmente los dos del Liverpool,
Alexander-Anderson y Robertson que se vuelcan en ataque pero que dejan muchos
huecos a sus espaldas lo que podría propiciar las incursiones de Vinicius o
Fede Valverde, o incluso de Rodrigo cuando ingrese en el partido, como se
prevé.
Espero un
choque espectacular y confío en que veamos al mejor centro del campo del
Madrid, capaz de marcar el tempo del partido. En Casemiro, Modric, Kross, con
la inestimable ayuda de Valverde puede estar la clave del desarrollo del
encuentro a expensas de que Salah, Mané, Vinicius o Benzema hagan alguna de las
suyas.
Espero que
hoy, los blancos, nos vayamos a dormir con una sonrisa en los labios. Si no es
así, por lo menos disfrutemos de un gran partido, de esos que nos hacen vivir y
vibrar con la magia del fútbol.
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