5/09/2022

ADIVINA ¿QUÉ PASARÁ EN LA FINAL?

 


 


Las tres eliminatorias europeas protagonizadas por el Real Madrid son un símil de la mejor película de suspense o miniserie que gusta más ahora, y aún pendiente del desenlace final.

Sir Alfred Hitchcock ,el mago del género, tendría que haber estrujado con fricción su cabeza para imaginar tres finales de partido tan frenéticos y asegurando a los espectadores que después del primero la serie continuaría …

En todos, el visitante, llamémoslo espía, ladrón de guante blanco o simplemente criminal, golpeó primero . El Bernabéu acalló consternado el griterío y la euforia que se vivía antes y durante el partido. Mazazos sucesivos de tres equipos compuestos por actores y técnicos extraordinarios capaces de silenciar el ensordecedor sonido del estadio. Todos llevaban aprendido el guion no faltaba ni un punto ni una coma siguiendo las instrucciones del equipo técnico que desde el minuto uno había hecho sonar clara y fuerte la palabra “acción”.

“Yo confieso” que viendo el desarrollo de los sucesivos partidos pensé que el final estaba cerca, que los blancos estaban “encadenados” y que “la muerte les pisaba los talones”. Durante la mayor parte de las eliminatorias nos sentimos en la sala oscura, asistiendo en silencio a lo que ocurría en el escenario. “La trama” estaba escrita y no parecía, salvo determinados recursos o escasas apariciones ,que el final no llevase a un desenlace cruel lejos del sueño de París.

Con un giro de guion inesperado, cuando el tiempo apremiaba, sonó la alarma en un expreso que caminaba con enorme retraso. Tanto que en la estación esperaban ya cansados pero convencidos,  que los pasajeros más selectos, venidos de Manchester,  celebrarían por fin su llegada con una suculenta cena. No sé cuál ha sido el destino de los manjares. Espero que hayan podido congelarlos.

Pero antes de la llegada al hotel-estación ocurrió en el escenario, según los narradores de RAC1,emisora catalana, ejemplo de no objetividad, un fenómeno paranormal. Los moribundos resurgieron y el público entró en un “frenesí” ,en una comunión colectiva,  que acalló cualquier otro sonido.

El estadio tembló y subieron los decibelios de toda la ciudad y a los ingleses, tan flemáticos, les entró el “vértigo”.  Lo imposible volvía a ser realidad. Hitchcock había conseguido su mejor película y además ,con la intriga, de que todavía no ha resuelto cuál será el desenlace.

Habrá que llevarse las cámaras a París, volver a construir un argumento y dejar que los actores corran por el césped sabiendo que los espectadores quieren conocer el final.

(PUBLICADO en LA VOZ. 9-5-22)

 

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