Desde hace muchos años paso algunos días en Manzanares el Real , localidad apenas a cincuenta kilómetros de Madrid, donde mi suegra poseía una casa no muy alejada del pueblo. Era lugar frecuente de reunión cuando mi familia llegaba desde Cádiz para pasar unos días de verano, ya bastante alejados en el tiempo. Comidas y cenas multitudinarias que recordaban a esas escenas de película italiana con abundancia no solo en la comida, sino en las conversaciones, los gestos o las risas. Fueron buenos momentos y sobre todo grandes recuerdos de un pueblo que hoy recibe a numerosos turistas que vienen a conocer su castillo del siglo XV o competir con los senderistas y montañeros que se adentran en La Pedriza, en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
El castillo enmarañado |
Aunque la estrella, fue uno de los castillos mejor
conservados de España, el de los Mendoza, donde se rodaron en los años sesenta,
películas de espadachines o grandes superproducciones históricas con el sello
de Samuel Bronston. El castillo ha sido escenario de grandes contiendas y
fuente de ingresos para los vecinos del pueblo que alquilaban sus colchones a
las productoras por veinticinco pesetas (0’15 euros) al día para mitigar las caídas de los actores
desde las almenas de la fortaleza.
Aunque la primera película que se rodó fue “La hija del
penal”, en 1935, dirigida por Eduardo García Maroto, fue en la década del
sesenta cuando se rodaron superproducciones como “El Cid”, “Salomón y la reina
de Saba”, “Rey de Reyes” o “La caída del imperio romano” que poblaban las
calles de la pequeña localidad no solo de toda la parafernalia que rodea las
grabación de una película, sino de actores y actrices de primera fila que recorrían
sus calles ataviados con el ropaje que necesitaban para sus personajes. Sofía Loren,
Charlton Heston, Richard Burton, Clint Eastwood, Tony Curtis, Janet Leight , Tyrone
Power fueron algunas de aquellas estrellas internacionales que formaron parte
del paisaje urbano de una localidad que, en aquellos años era un pueblo
agrícola y sin grandes recursos.
El castillo, la sierra, las praderas y el pantano que podía simular
el mar o un lago a conveniencia de los directores que también se daban cita en
esta localidad madrileña como el mismísimo Stanley Kubrick. De ellos, del
ambiente que se vivía, de las anécdotas hablan los sobrevivientes, los vecinos
que fueron parte de las películas que nacieron en esta pequeña localidad de la
sierra de Madrid y que cuenta en un documental la periodista Sonia Martín,
quién acaba también de dirigir el primer Festival internacional de
Mediometrajes de esta localidad madrileña. En el documental, en apenas treinta minutos, “Un castillo de
película” recupera imágenes y recoge opiniones de especialistas, pero sobre
todo de los vecinos que vieron como su pueblo si acogió a Mr. Marshall.
(PUBLICADO en LA VOZ.18-4-22)
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