ALCARRÁS: SENTIR LA TIERRA. El admirable drama rural de Carla Simón.

 

ALCARRÁS (120’)

DTORA: Carla Simón.

INTÉRPRETES: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Berta Pipo, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós.

 

Pocas películas se muestran tan reales y naturales como “Alcarrás”, el segundo largometraje de la realizadora catalana Carla Simón, que, en febrero se alzó con el oso de oro en el festival de Berlín.

“Alcarrás”, respira verdad por los cuatro costados porque no solo muestra la cotidianidad de una familia de campesinos en la huerta de Lleida sino que nos introduce en sus inquietudes,  en el interior de personas que siempre han vivido del campo, que conocen cada porción de tierra, los árboles, el color de los melocotones o las nubes que amenazan lluvia.

Carla Simón traslada sus vivencias personales a un guion que ha coescrito con Arnáu Vilaró. Su estructura da fuerza y naturalidad a unos personajes que encabeza Quimet ,al que le cuesta resignarse a perder la tierra que le ha visto crecer; Roger, su hijo, que ama el campo por encima de los estudios; la madre apaciguadora, Mariona, la hija adolescente que tiene otras inquietudes y casi por encima de todos el callado y apenado Rogelio, el abuelo que no comprende que las cosas no sean como antes.  Una película conmovedora que da lugar para pequeñas fiestas familiares, todos en torno a la barbacoa, baños en una pequeña piscina o juegos de niños, con la cabeza llena de imaginación capaces de no aburrirse nunca imbuidos en la naturaleza y la libertad alejada de peligros y tecnologías.

Carla Simón se ha rodeado de actores no profesionales que hacen que sus problemas sean los nuestros. Que las dificultades por las que atraviesa el campo ante el desdén de la clase política, nos importen sin necesidad de levantar la voz. Está en las miradas, en las actitudes, en la resignación, en el trabajo duro, en la complicidad familiar, en las diferencias entre unos y otros, en la tristeza del  abuelo, memoria viva de otros tiempos donde la palabra bastaba.

No hay documentos que acrediten la propiedad o el arrendamiento de las tierras. Antes alcanzaba con un apretón de manos. Pero en los tiempos actuales no vale, todos son documentos e intereses que van por encima de cualquier acuerdo entre personas honestas.

“Alcarrás” nos lleva al western o cuento menos es la única referencia que se sale de un relato sin apenas tecnología ni teléfonos móviles. El western aparece en un televisor con algunos miembros de la familia siguiendo la película. El género, entre otras cosas, trataba de las tierras, de la defensa de los pequeños propietarios frente a los poderosos que buscaban arrebatarles sus pequeñas propiedades.

“Alcarrás”,  que es una pequeña localidad de la provincia de Lleida,  no solo es un retrato del campo y de quienes lo trabajan, es la constatación de una época que no entiende un tiempo pasado donde todo se hacía a base de esfuerzo y sudor. Todo vale en la época actual con tal de “llenar la saca”;  todo es válido para que haya una última cosecha, sin detenerse a pensar en las personas que llevan generaciones haciéndola posible. Clara Simón después de "Verano 1993", sigue creciendo. 

Una película redonda, de enorme calidad  hasta en los más mínimos detalles,  que invita a que la veamos sin falta y más en estos próximos días en que se celebra una nueva fiesta del cine (3,4,y 5 de mayo) . “Alcarrás” es cine con mayúsculas.